Desde hace 20 años, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo, con un aumento sostenido en el número de decesos, pasando de 2 millones de víctimas fatales en el 2000 a 9 millones, en 2019, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre los factores de riesgo para desarrollar una cardiopatía está la hipertensión arterial, antecedentes familiares, tabaquismo, obesidad, colesterol alto y el sedentarismo.
“El riesgo total de padecer enfermedades cardiovasculares depende del perfil individual del paciente y de los factores de riesgo combinados que pueda tener. Un paciente con más de 2 factores de riesgos tendrá mayor probabilidad de padecer enfermedades que afecten su sistema cardiovascular”, explica la doctora Mary Cifuentes, cardióloga de Medicardio, unidad cardiovascular de la clínica La Ermita.
La especialista señala señala que las intervenciones oportunas y sostenidas en los hábitos de vida, así como las estrategias farmacológicas necesarias, disminuyen las posibilidades de padecer complicaciones a corto y largo plazo tales como los infartos de miocardio, insuficiencia cardiaca y accidentes cerebrovasculares, y en consecuencia minimizar la morbilidad, discapacidades y la mortalidad en la población.
Ahora bien, aquellos pacientes que presenten lesiones o anomalías a nivel vascular, ya sea de una manera crónica o aguda, es necesaria una intervención de hemodinamia (el estudio especializado del movimiento o dinámica de la sangre dentro de las arterias y venas del organismo) para evitar complicaciones o desenlaces fatales, según lo explica el hemodinamista Leman Corpus de Medicardio.
En casos más críticos, la intervención quirúrgica es imprescindible para corregir problemas en el corazón, que otros tratamientos no pueden solucionar y esta acarrea riesgos generales que pueden aumentar en pacientes mayores y que sufran de otras afecciones, como diabetes, enfermedad renal, enfermedad pulmonar o enfermedad arterial periférica.
Precisamente la cirugía cardiovascular es la especialidad de Medicardio que además ofrece un amplio portafolio de servicios para la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares, que van desde la consulta externa hasta estudios y pruebas diagnósticas para el diagnóstico de las cardiopatías.
“Los riesgos de la cirugía a corazón abierto incluyen sangrado, infecciones, latidos irregulares y derrame cerebral. Es por esto que somos un grupo de especialistas que conforman el equipo multidisciplinario de la unidad de la clínica la Ermita dedicados y comprometidos a ofrecerles a nuestros pacientes el mejor cuidado en cirugía cardiovascular con el mejor recurso humano y la última tecnología en equipos y procesos”, puntualiza la doctora Mary Cifuentes.
También en niños
Aunque las cardiopatías suelen ser comunes en los adultos, también se presentan como enfermedades congénitas en 8 de cada 1.000 recién nacidos.
“Se han detectado grandes patologías cardiacas en dicha población. Que por su detección temprana se ha podido ofrecer una alternativa de tratamiento adecuada y en tiempo óptimo. Mejorando así la calidad de vida de dicha población”, explica la doctora Tatiana Fontalvo, cardióloga pediatra de Medicardio.
Para más información sobre los servicios consulte la página web de Medicardio.
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