Siendo mujer, madre de dos niñas, migrante venezolana y sin tener recursos para invertir ni experiencia en el lavado de vehículos, Yeniree Yoselin Pérez Alvarado tuvo la osadía de desafiar los estereotipos de género y emprender en Cartagena labores tradicionalmente ejercidas por hombres.
Todo empezó cuando, viviendo en un apartamento arrendado dentro de un parqueadero en el barrio San José de los Campanos, identificó una oportunidad de negocio.
“Vivo dentro del lavadero, que inicialmente funcionaba solo como parqueadero, y tiene unos apartamentos. Es un terreno bastante amplio. Le pregunté a los encargados qué posibilidad había de que me lo arrendaran y me dijeron que sí”, cuenta Yeniree.
La mujer oriunda de la ciudad de Acarigua, en el centro occidente de Venezuela, añade: “Le comenté a mi esposo, que tiene una barbería al frente, y al principio no le gustó la idea porque ese trabajo como que es de hombres (...) Le dije que solo iba a echar una manito en el lavado de vehículos, pero luego solo iba a administrarlo y del resto se encargaban los trabajadores”, señaló. También te podría interesar: Más de 11.000 migrantes latinoamericanos serán admitidos en Canadá
Aunque no fue fácil, Yeniree convenció a su esposo. Lo siguiente era conseguir los recursos para montar el prometedor emprendimiento.
“No teníamos dinero. Ya había preguntado el precio de elementos como aspiradora, fumigadora, manguera, tanque, manopla para secar, e insumos como silicona, ACPM, aromatizador, y necesitábamos aproximadamente dos millones de pesos”, asegura la mujer quien logró reunir el dinero con el préstamo de un hermano cristiano y de su madre.

Así llegó a Cartagena
Yeniree Yoselin Pérez Alvarado llegó a Cartagena con sus hijas, que en ese entonces tenían 5 y 6 años, el 4 de febrero de 2018. Su esposo arribó dos meses antes y después les envió el dinero para que migraran. “Fue una situación bastante fuerte. Por primera vez en otro país. No teníamos nada. Escogimos Colombia porque nos iba a recibir un hermano en Cristo, sin conocernos; además, no teníamos documentos para trasladarnos a otros países legalmente y no queríamos exponer a las niñas a travesías”.
¿Cómo lo hizo?
Yeniree indicó que fue a través de videos en sitios web y redes sociales que identificó qué equipos necesitaba para montar el lavadero de vehículos y aprendió a usarlos. En septiembre de 2022 comenzó a administrar su propio negocio.
“Pensaba: ‘sí es un trabajo de hombres, pero yo puedo porque me gusta trabajar’. Además, una sola entrada no alcanzaba para cubrir los gastos de mi familia y tenía que hacer algo para ayudar a mi esposo. No quería tener que salir a trabajar, porque sería dejar solas a las niñas y descuidarlas en muchos sentidos”, expresó la madre de dos menores de 9 y 10 años.
Ella y su esposo se propusieron pagar el dinero prestado en dos meses y, con tal propósito, el primer mes del lavadero lo trabajaron juntos, en horas de la noche, mientras que en el día tenían a un trabajador.
Cumplido el objetivo, Yeniree no solo ha mejorado su calidad de vida con su emprendimiento, sino que también creó nuevos empleos. “Empezamos con un trabajador y ahora tenemos dos”, puntualizó la mujer. Lee también: Sandy Yanez cocinó su futuro a fuego lento
Comentarios ()