Política


La constituyente evocada por sus protagonistas

COLPRENSA

17 de junio de 2011 03:42 PM

Un expresidente de la República, tres constituyentes, dos periodistas, el jefe del recinto de sesiones y un fotógrafo, evocaron, 20 años después, como fueron los cinco meses de trabajo que todos, a su manera, aportaron para la redacción de la nueva Carta Política del país.“Y llegué a la Constituyente como náufrago que alcanza la playa braceando y agarrándose de tablones, leños y neumáticos. Claro que, como era usual, actué sin sometimiento a disciplinas y férulas de directivas ocasionales, transitorias”.
La frase fue pronunciada hace casi 20 años por Alfonso Palacios Rudas, ‘El Cofrade’, el otrora dirigente liberal del Tolima y maestro en los temas económicos y del café del país, cuando recordaba sus memorias de lo que fue la redacción de la nueva Constitución Política de Colombia en el marco de la Asamblea Nacional Constituyente, durante el primer semestre de 1991.
‘El Cofrade’, quien murió hace 8 años, no fue el único que recordó como fueron esos cinco meses de trabajo, día y noche, en las instalaciones del Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, el cual se convirtió en el epicentro de todo el país.
Hoy, 20 años después, un expresidente de la República, constituyentes, el jefe del recinto de sesiones, dos periodistas y un fotógrafo evocan como fueron los momentos del día a día en el que cada uno ayudó a hacer realidad la nueva Carta Magna con la que se rigen los destinos de Colombia desde 1991.
LA VISITA DE EMERGENCIA
A César Gaviria Trujillo, el expresidente de Colombia, se le nota que le gusta hablar y recordar como se gestó el principal legado de su gobierno, la Constitución Política de 1991.
Lo hace sin darle pena, incluso de reconocer que llegó a ser incrédulo de la llamada ‘troika’ que hicieron Antonio Navarro, Horacio Serpa y Álvaro Gómez en la dirección conjunta.
“Cuando yo vi la fórmula de los tres presidentes dije que horror, esto no va a funcionar porque era muy poco práctica. No pasó nada, por el contrario funcionó muy bien, en eso me equivoqué”, comenta hoy Gaviria aún con los recuerdos palpables.
Y así también dice que fue un ejemplo permanente de voluntad política, “todas las decisiones fueron acatadas por todo el mundo, eso no pasa en el Congreso de la República”.
De los momentos difíciles que tuvo que afrontar en la Constituyente, uno fue cuando tuvo que ir a defender la idea de crear la Corte Constitucional, “eso fue por allá en la mitad de la Constituyente, cuando me tocó ir a defender la propuesta del gobierno”. Las otras dos ocasiones en que el mandatario estuvo en la Asamblea fueron en la instalación y clausura.
UNO DE LOS INSPIRADORES
En una de las salas del Centro de Convenciones en donde tuvo cientos de reuniones, Fernando Carrillo, recuerda hoy, al detalle como si fuera ayer, los distintos momentos de la Constituyente.
Por su mente vienen a la memoria las jornadas de trabajo, “eran muy extenuantes y exigentes”, relata Carrillo  quien luce ya su cabello algo blanco y el rostro un poco más adusto, contrario al joven de 1991 que se abrió paso en ese escenario gracias a que lideró el proceso de la sétima papeleta.
Resalta como uno de los hechos importantes la camaradería que existió entre todos los 72 asambleistas, “teníamos unas discusiones profundas sobre los distintos temas”.
A su mente se viene una anécdota de una controversia que se dio en la Asamblea cuando él denunció que algunos constituyentes querían pedir puestos en la Contraloría, y escuchó un regaño del decano de los constituyentes Alfonso Palacios Rudas cuando le dijo “acusetas pataletas”.
TODOS POR IGUAL, SERPA
Aprovechando la visita que hace a Bogotá para atender un compromiso que le obliga su condición de gobernador de Santander, Horacio Serpa Uribe, hace un alto en el camino para retroceder dos décadas su pensamiento para ubicarse en la Constituyente.
“Cuando llegamos allá (la Asamblea Constituyente) muchos decían que de ese sancocho no sale nada y vea hoy 20 años después aún tenemos la Constitución”, dice Serpa en su tradicional lenguaje en las primeras frases de la entrevista.
No duda un segundo en decir que ese momento político del país fue único, que allí el tema de las mayorías como tal no se impuso, “recuerdo que el liberalismo lo era, éramos 25 constituyentes, lo que nos aseguraba la presidencia, pero entonces el M-19, Salvación Nacional y otros grupos se unieron y fueron la mayoría absoluta y se dio la presidencia colegiada”.
Una sonrisa permanente y sus frases reiteradas de que fue un escenario en que se trabajó “por el interés del país”, le llevan a recordar que uno de los momentos críticos fue cuando se decidió cerrar el Congreso y convocar a una elecciones nuevas en las que ellos, los constituyentes, se inhabilitaban.
Ese, como otros temas, generó profundos debates, “trabajábamos como 20 horas diarias, era un ambiente artificial, allá  no se recibía luz natural por ningún lado”, sostiene Serpa quien tiene tan presente la Constituyente que en el centro de la mesa de su sala del apartamento de Bogotá tiene un libro sobre la misma.
TODOS GRANDES COMPAÑEROS
Hace dos semanas el dirigente liberal huilense Guillermo Plazas Alcid volvió al salón principal del Centro de Convenciones, en ese momento todos sus recuerdos se devolvieron como una película para relatar sus experiencias como miembro de la Asamblea Constituyente.
Ya con paso lento, pero con el acento típico de su región, Plazas abraza a varios de sus excompañeros que asistieron a una reunión de homenaje por los 20 años de la promulgación, entre ellos a Abel Rodríguez, Fabio Villa y Horacio Serpa, entre otros.
Pero la emoción de tener presente su pasado, le lleva a resaltar la camaradería de todos los exconstituyentes, en particular de varios de ellos que ya murieron como Augusto Ramírez, Alfonso Palacios Rudas, Raimundo Emiliani Román, Rodrigo Lloreda, Misael Pastrana y Álvaro Gómez, de los que recuerda.
“Trabajamos todos en un ambiente cordial, todo se hizo en consenso”, mencionó una y otra vez Plazas en su conversación con el cronista.
TODOS TUVIERON QUE VER CON ÉL
El cuarto de una de las viejas casonas del barrio Santa Isabel en Bogotá guarda aún el mejor tesoro que tiene Jairo Parra, uno de los coordinadores del salón de sesiones de la Asamblea Nacional Constituyente. Se trata de los tomos de las gacetas constitucionales, recortes, hojas de apuntes y una muy especial, la original en donde uno a uno los constituyentes firmaron dando fe que la Constitución de 1886 quedaba derogada.
Él, como muy pocos en la asamblea, sabía todo lo que estaba pasando y en dónde. Además de su eterno jefe ’El Cofrade’, Jairo sólo tiene palabras de aprecio y reconocimiento por cada uno de los constituyentes.
De los pasajes especiales de la Asamblea recuerda que los principales medios llegaron a tener sus sitios de transmisión allá, de la negativa que siempre tuvo el indígena Lorenzo Muelas de tomarse foto con la entonces célebre periodista Amparo Peláez, quien siempre andaba en minifalda.
También no olvida que el constituyente Marcos Chalita poco hablaba, y que todas sus decisiones para votar las tomaba luego de que su jefe político, Antonio Navarro, lo hiciera.
EL FOTÓGRAFO DE LOS CONSTITUYENTES
Buena parte de los recuerdos que los asambleístas se llevaron para sus casas y oficinas fueron las miles de fotos que Jonny Hoyos, el reportero gráfico de la Asamblea, les tomó.
“Recuerdo que éramos tres fotógrafos, nos tocaba muy duro, porque nosotros tomábamos las fotos allá en el Centro de Convenciones y nos tocaba salir a revelar”, menciona Hoyos antes de darles paso a todos sus recuerdos sobre esos cinco meses de trabajo.
Dice que le quedaron muchos amigos que años después llegaron a ser sus jefes, como los periodistas Rodrigo Lloreda y Juan B. Fernández, quienes le contrataron en El País y El Heraldo, respectivamente.
Sus fotos, que las vendía a mil pesos, eran compradas por la mayoría de los constituyentes, “el que más me compró fue Lorenzo Muelas y el que si nunca lo hizo fue Álvaro Gómez”.
EL PERIODISMO DE LA ÉPOCA
A los periodistas Fabio Callejas y Juan Carlos Mateus no sólo los une la profesión, sino el hecho de haber cubierto todo el proceso de la Asamblea Nacional Constituyente, lo que para ellos fue como su master en política.
Sentados en la sala de prensa del Senado de la República, en donde hacen su cubrimiento diario en la actualidad, Callejas y Mateus dejan volar sus recuerdos sobre como fue hacer la labor de reportería para contarle a los colombianos la forma en que se redactaba la nueva Constitución.
“Nosotros arrancamos en Constituyente con el sistema Byses, en el cual montábamos las noticias, además que se tenía un lugar en donde salíamos al aire”, recuerda Fabio, al señalar que su tarea la hizo en compañía del hoy embajador de Colombia ante el Vaticano, César Mauricio Velásquez y el veterano periodista Carlos Ruiz.
Un poco diferente le tocó a Mateus, quien tuvo como sus permanentes elementos de trabajo la máquina de escribir eléctrica y el fax, “recuerdo que unos años después, esos elementos, además de las sillas y los escritorios de los constituyentes, fueron a dar a la sala de prensa de la Casa de Nariño”.
Como a todos los periodistas que pasaron por la Constituyente, a Mateus le quedaron muchos amigos, uno de ellos el entonces joven Armando Benedetti, quien era uno de los asesores de Eduardo Verano, el constituyente liberal que hoy es gobernador del Atlántico.

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