Existen en nuestro organismo un sinfín de bacterias ‘buenas’. ¿Su objetivo? Algunas ayudan a digerir la comida, destruir células causantes de enfermedades y suministrar vitaminas al cuerpo.
Aquellas que se hacen lugar en nuestros intestinos reciben el nombre de microbiota o flora intestinal, las cuales se encargan de facilitar la digestión, producir enzimas, modular el sistema inmune, eliminar patógenos, estimular el crecimiento adecuado de las células intestinales y, en general, la regulación del metabolismo.
Por otro lado, existen otras bacterias no tan buenas, por lo que el sistema digestivo actúa como una especie de campo de batalla contra este grupo. El desequilibrio entre las bacterias ‘buenas’ y las ‘malas’, en el que estas últimas ganan, hace que se produzca lo que se conoce como disbiosis intestinal o una alteración funcional y cualitativa de la microbiota.
Tales desequilibrios se han relacionado con enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn y la esclerosis múltiple, la obesidad y las enfermedades cardíacas.
Vientre hinchado sin causa aparente y cólicos intestinales son síntomas que nos alertan de que la flora intestinal está alterada. (Le puede interesar: ¿Sabías que la microbiota también puede afectar a tu fertilidad?)
Pero no te preocupes, existen maneras de recuperar el balance y conseguir tener un microbioma saludable. Desde el portal web ‘Consumo Claro’ aconsejan 6 formas de mantener balanceada la microbiota o flora intestinal:
1. Alimentación saludable y equilibrada: la fibra mantiene las células intestinales sanas y garantiza que el sistema digestivo elimine desechos de forma adecuada. La falta de fibra afecta al microbioma intestinal, es decir, hay menos cepas bacterianas saludables en comparación con alguien que sigue una dieta rica en fibra. Una dieta rica en azúcares y grasas, puede matar ciertos tipos de bacterias intestinales, haciendo que la microbiota sea menos diversa.
2. Más alimentos fermentados: las bacterias son organismos vivos que necesitan comer. Los alimentos fermentados como chucrut, kimfi o kéfir contienen probióticos (bacterias vivas), así como ciertos tipos de yogurt.
3. Suficiente agua: el agua garantiza que los minerales y nutrientes se absorban de manera adecuada en el cuerpo.
4. No abusar de los antibióticos: estos medicamentos son importantes para tratar infecciones y enfermedades causadas por bacterias, sin embargo, estudios señalan que su uso excesivo puede ser perjudicial para la composición y diversidad de la flora intestinal.
5. Más ejercicio: la actividad física también puede alentar el crecimiento de una variedad de bacterias intestinales. El ejercicio regular estimula el intestino y aumenta la actividad intestinal, por lo que se evitan los problemas digestivos. (Le puede interesar: Probióticos y prebióticos: así benefician la salud mental y gastrointestinal)
6. Probiótios y prebióticos: ambos con efectos beneficiosos para la flora intestinal. Los probióticos funcionan como una especie de pegamento que se engancha en la mucosa intestinal y que no dejan que las bacterias malas se adhieran.
Los prebióticos sirven a las bacterias buenas como alimento para que produzcan bifidobacterias y lactobacilos en el colon.
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