Hay enfermedades difíciles de comprender. Rhiannon Morgan, de 26 años, sufre de ictiosis epidermolítica, una enfermedad crónica que, según la Asociación de Pacientes con Ictiosis (ASIC), la padecen uno de cada 250.000 nacimientos. Lea: 15 de mayo: día mundial para visibilizar tres enfermedades raras
De acuerdo con ASIC, la enfermedad por lo general se observa en el nacimiento apareciendo ampollas en áreas de traumatismo, enrojecimiento y exfoliación. “La piel de estas personas puede presentar sobreinfecciones”, exponen.
En una entrevista con BBC mundo, la joven aseguró que su padecimiento ha afectado incluso su salud mental ya que todo el tiempo pesan sobre ella las miradas de extraños. “Los extraños han creído que está bien preguntar si me quemé en un incendio o si me descuidé”.
Su piel crece además demasiado rápido por lo que sufre a cada rato de ampollas y tiene problemas para caminar. Lea también: Mujer no paraba de eructar, fue al médico y le diagnosticaron cáncer

A Morgan le diagnosticaron esta inusual enfermedad cuando las parteras observaron que su piel se “desprendía” con solo pasar una toalla.


Rhiannon Morgan.
La mujer ha enfrentando con valentía su padecimiento y espera ayudar a muchas personas que sufren de lo mismo.
A través de la campaña “This is Me” de la organización benéfica Changing Faces para la Semana de la Igualdad Facial, Rhiannon Morgan busca crear conciencia sobre las enfermedades visibles y fomentar “unas representaciones más positivas en la cultura popular”. Lea: La hidrocefalia tiene a una joven de 29 años luchando por vivir
Sus preocupaciones por la piel no le han impedido continuar su proyecto de vida y ha encontrado personas que la apoyan para que la campaña salga adelante. “No me cambiaría por nada”, expresó.
A través de una publicación en Instagram, la joven contó su historia y envió un contundente mensaje a la industria del entretenimiento y la televisión. “Me encantaría ver cambios en la industria de la televisión para personas con diferencias visibles. Como sociedad, nos centramos demasiado en la perfección percibida y favorecemos la comodidad de los filtros y los acabados con aerógrafo hasta el punto de que las texturas de la piel y los rostros reales son impactantes para el público. No tiene que ser así”.
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