La próstata es una glándula que forma parte del sistema reproductivo masculino y tiene aproximadamente el tamaño de una nuez. Esta rodea la uretra, el conducto que lleva la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo y ayuda a producir semen, el líquido que contiene esperma.
La patología de próstata es uno de los motivos de consulta más frecuentes en medicina familiar y urología, por ello es importante reconocer los principales datos clínicos que ayuden a realizar diagnósticos diferenciales entre los problemas prostáticos más frecuentes.
Si la próstata se agranda demasiado, puede causar varios problemas de salud5
Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, SEGG, “la Hiperplasia Prostática Benigna, HPB, es una de las enfermedades más comunes en el adulto varón. Su prevalencia ha aumentado por el crecimiento demográfico, el incremento de la expectativa de vida y por los cambios en el estilo de vida”.
Cabe destacar que la HPB se refiere al crecimiento benigno de la próstata, que aparece con la edad y por estímulo de la testosterona, generalmente, después de los 35 a 40 años de edad.
De acuerdo con el doctor Vélez, “el diagnóstico de Hiperplasia Prostática Benigna se da inicialmente basado en la sospecha por los síntomas del tracto urinario inferior, como, por ejemplo: disminución del calibre del chorro urinario, esfuerzos para orinar, sensación de no haber terminado de orinar, aumento en la frecuencia o imposibilidad para la micción, entre otros”.
De presentarse lo anterior, se debe realizar la palpación de la próstata a través del tacto rectal en donde se puede notar el agrandamiento de la glándula, seguido de exámenes clínicos que ayudan a confirmar el diagnóstico, como, ecografía de vías urinarias transabdominal o ecografía de próstata transrectal, cistoscopia, uroflujometría, antígeno prostático específico, uroanálisis y creatinina.
“La HPB es una condición de muy alta prevalencia tanto en Colombia como a nivel mundial, se considera que el 90 por ciento de los hombres entre los 45 y 80 años tiene algún tipo de síntomas urinarios bajos, muy posiblemente relacionados al crecimiento prostático”, así lo manifiesta el urólogo López.
Añade el especialista que los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de presentar síntomas relacionados con el crecimiento prostático, así como la progresión de la enfermedad son: la edad, los niveles de antígeno prostático específico (PSA), la obesidad y los síntomas urinarios bajos.
La HPB y los síntomas del tracto urinario inferior se asocian con la disfunción eréctil, presentándose en el 56 y 72 por ciento de los pacientes.
“La Disfunción Eréctil, DE, se define como la incapacidad permanente para iniciar o mantener una erección suficiente como para permitir una relación sexual satisfactoria. El término “impotencia”, que fue usado por largo tiempo como sinónimo de DE, ha sido objetado por sus implicancias peyorativas y falta de precisión para definir este fenómeno, por lo que las guías internacionales recomiendan abandonar su uso”.
El urólogo y epidemiólogo clínico, advierte que “de acuerdo al estudio DENSA (Disfunción eréctil en el Norte de Sur América) realizado en Colombia, Venezuela y Ecuador, la incidencia de disfunción eréctil aumenta con la edad, presentándose en un 36 por ciento entre los 40 y 49 años, 40 por ciento aparece de los 50 y 59 años, 75 por ciento entre los 60 y 69 años, y en un 78 por ciento después de los 70 años.
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