Cuando nuestra mente sufre, normalmente, nos envía una serie de señales que, identificadas a tiempo, pueden ayudarnos a prevenir los problemas de salud mental.
Y estas son algunas de la señales que nos avisan de que algo va mal:
- Presentar irritabilidad o nerviosismo de manera constante.
- Tener una actitud excesivamente crítica.
- Tener pensamientos negativos u obsesión por detalles sin importancia.
- Comer mucho o muy poco, de repente.
- Ser incapaz de concentrarse en cualquier tarea.
- Dejar de hacer cosas que antes se disfrutaban. Lea aquí: Así es el trastorno que padece Amber Heard
- Mostrar indiferencia, desinterés y desgana a menudo.
- Dejar de relacionarse con los demás y encerrarse en uno mismo.
- Presentar cambios de personalidad o comportarse de maneras que no se ajustan a la forma de ser.
- Dejar de lado el cuidado personal o aumentar el consumo de alcohol, drogas...
La citada lista está recogida en el manual “Lumens, abordaje de la salud mental desde la Farmacia Comunitaria”, elaborada por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, con la colaboración de NEURAXPHARM, con el propósito de ser una herramienta para mejorar en la formación específica de los farmacéuticos en salud mental y visibilizar la importante labor que pueden desempeñar en su día a día.
La guía se enmarca en el proyecto “Lumens: dar luz a la salud mental” que busca conseguir un cambio de paradigma para posicionar a la farmacia como un centro de referencia desde donde se pueda contribuir a la lucha contra la pandemia de la salud mental.
Salud mental: cómo funciona nuestro cerebro
Así por ejemplo, el manual explica de forma concisa y clara como funciona nuestro cerebro y nos cuenta como la información del exterior nos llega a través de los cinco sentidos.
Todos los sentidos están conectados con el cerebro emocional y éste puede o dar una respuesta directa e inconsciente, como una sensación física (tensión muscular), algún pensamiento (miedo); o incluso algún acto (agresividad). Le puede interesar: Así ha afectado la salud mental de los niños el regreso a clases
La otra posibilidad es que el cerebro emocional se “conecte” con el cerebro racional dando una respuesta consciente y meditada. Ninguna de las dos opciones es mejor que otra, sino que depende de la situación.
En esa conexión intervienen los neurotransmisores, transmitiendo la información de las células nerviosas hasta las células diana de los músculos, glándulas e incluso a otras neuronas.
Su funcionamiento es esencial para regular funciones como el ritmo cardíaco, la respiración, los ciclos del sueño, la digestión, el movimiento muscular, el apetito, la concentración y el estado anímico.
Algunos de los principales neurotransmisores que ayudan a regular el estado de ánimo son la serotonina, la noradrenalina y la dopamina.
La elección del tratamiento psicofarmacológico, añaden las fuentes, estará condicionada por los sistemas de neurotransmisión tratando de regular las áreas del sistema nervioso gobernadas por los tres neurotransmisores implicados normalmente en los trastornos mentales.
Por ejemplo, la acción sobre la serotonina es de elección en obsesiones y compulsiones y sobre la dopamina en adicciones.
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