Para muchos de nosotros, los términos efectividad y eficacia podría parecer sinónimos, pero científicamente y en el contexto pandémico de las vacunas anti-COVID no lo son. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), “la eficacia y la efectividad de una vacuna miden la reducción proporcional de casos entre las personas vacunadas”, sin embargo, “eficacia” se usa cuando se refiere a “un estudio que se lleva a cabo en condiciones ideales, por ejemplo durante un ensayo clínico”; “efectividad” se usa para describir los resultados de “un estudio que se lleva a cabo bajo las condiciones ambientales típicas, es decir, menos controladas”. (Le puede interesar: “Creer en las vacunas es creer en la historia y en la ciencia”)
En esta página, hablaremos de eficacia. Comencemos por ver cuál es el porcentaje de eficacia de las cinco vacunas con las que Colombia inmunizará a sus habitantes contra el COVID-19:
¿Cómo se calcula?
1. La efectividad de las vacunas es calculada en ensayos con miles de personas.
2. Estas personas están divididas en dos grupos: la mitad recibe la vacuna y la otra mitad, un placebo.
3. Luego de ser inyectadas, estas personas regresan a casa y viven sus vidas, mientras los científicos monitorean si contraen COVID-19 o no durante varios meses.
4. En el ensayo de Pfizer/BioNTech, por ejemplo...
5. De manera que si los 85 de esos infectados hubieran pertenecido al grupo que recibió la vacuna y 85 al placebo, hubiera significado que existía la misma probabilidad de enfermarse con la vacuna que sin ella, entonces este biológico habría tenido el 0% de eficacia.
6. Si los 170 infectados hubieran pertenecido al grupo que recibió el placebo y 0 personas al que recibió la vacuna, la vacuna hubiera tenido una eficacia del 100%.
7. En este ensayo, en particular, hubo 162 personas infectadas en el grupo de placebo y solo 8 entre los vacunados, lo cual significa que aquellos que recibieron la vacuna tuvieron 95% menos probabilidad de infectarse de COVID-19: la vacuna tuvo el 95% de eficacia.
8. Ahora, esto no significa que si 100 personas son vacunadas, 5 tendrán COVID-19. De hecho, ese 95% aplica al individuo, entonces: cada persona vacunada tiene 95% menos probabilidad que una persona no vacunada de enfermarse de COVID-19, cada vez que estén expuestas al virus. (También puede leer: “Los beneficios superan los riesgos”, EMA sobre posibles efectos de AstraZeneca)
La eficacia de cada vacuna es calculada de la misma forma, pero los ensayos fueron hechos en diferentes circunstancias, en diferentes etapas de la pandemia. Para el médico, biólogo e investigador Pablo Peñaloza MacMaster, “es muy difícil comparar la eficacia de las vacunas de manera objetiva, porque diferentes estudios establecen criterios distintos. Aclaremos también que ciertas vacunas son testadas en distintas grupos de personas y países con otros variantes del virus”.
El doctor Peñaloza y otros expertos argumentan que este no es ni siquiera el mejor número para juzgar una vacuna, porque prevenir alguna infección no es siempre el punto de una vacuna.
El objetivo de las vacunas de COVID-19 no es necesariamente tener cero casos de COVID-19, sino “quitarle” su habilidad de causar una enfermedad seria, hospitalización y muerte. “Aunque las vacunas no prevengan 100% la infección por el virus, parecen convertir la enfermedad asociada con el SARS CoV-2 en un ‘resfriado común’”, aclara Peñaloza.
En este punto, todas las vacunas fueron eficaces. En todos los ensayos, algunas personas que recibieron placebos fueron hospitalizadas o murieron por COVID-19, pero ninguna persona completamente vacunada en ninguno de los ensayos fue hospitalizada o murió por COVID-19.
El 100% de las vacunas tiene el 100% de efectividad en proteger de la muerte.
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