Kleiver Ricardo Royo Cuesta era conocido en Arjona por su afición a las motos. Apenas tenía 20 años y era todo un experto haciendo maniobras en esa clase de vehículos (stunt).
Hablaba con sus amigos cerca de su casa, en el barrio 5 de Noviembre, sector La Línea, cuando dos sicarios en moto irrumpieron en la calle. Eran las 8 de la noche del miércoles 8 de febrero. Le puede interesar: Doble homicidio: linchan a sicario luego de asesinar a un joven
A partir de ese momento se vivieron momentos de pánico y de horror en esa zona de Arjona. El parrillero de la moto se le acercó a Kleiver por la espalda y le disparó a quemarropa y sin mediar palabras con un revólver calibre 38.
Allí no terminó todo. Cuando el sicario intentaba subir a la moto para escapar con su cómplice, una turba se fue contra él. Alguien le lanzó una piedra a la cabeza que lo hizo caer del vehículo. Luego le pusieron una cuerda en el cuello para inmovilizarlo. Le puedo sugerir: ¡Macabro! Hallan 2 cuerpos atados en sacos con balazos en la cabeza
En el suelo quedó el pistolero a merced de una muchedumbre enardecida que con palos, cuchillos y fuego quería cobrar justicia por su cuenta. El linchamiento fue brutal.
Tras golpearlo con piedras en la cabeza y causarle múltiples heridas con arma cortopunzante en el rostro y el abdomen, la turba le roció gasolina y le prendió fuego.
En el sitio de los trágicos acontecimientos hoy impera la “ley del silencio”. Nadie dice nada y solo quedan las vestigios de lo que allí ocurrió. En la calle, los técnicos de criminalística de la Sijín hallaron seis cartuchos calibre 38 y dos ojivas. Lea también: A la cárcel la pareja de Yared Pomares: a la mujer la mataron en Torices

Testigos le confirmaron a la Policía que el conductor de la moto fue herido con arma blanca, pero aún así consiguió escapar por la vía que va al corregimiento de Las Piedras.
Estaba alegre
Los padres de Kleiver llegaron esta mañana a reclamar el cuerpo en la morgue, en Zaragocilla. Precisaron que el joven vivía con ellos y su hermana menor en la misma calle donde sucedió el doble homicidio.

Relatan sus familiares que Royo estaba alegre y feliz porque esa misma noche del miércoles estuvieron celebrando el cumpleaños de su hermana, que llegaba a los 15. De un momento a otro salió para hablar con sus amigos y fue cuando aparecieron los sicarios y uno de ellos les disparó.
El joven, dice su padre, no tenía enemigos y tenía pensado estudiar este año en la universidad. A veces trabajaba con su moto y en la mayor parte de su tiempo practicaba stunt.
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