Rabia y dolor: matan a conductor de “mula” en Mamonal para robarle el celular

“Nunca en mi vida creí escribir este mensaje para dar una de las noticias más fuertes. Confirmamos el fallecimiento de mi papi, Ramón Enrique Meléndez Pertuz”.

Yesica Meléndez publicó ese mensaje el sábado (30 de septiembre) en la noche, apenas unas horas después que su padre falleciera a causa del balazo que recibió en medio de un atraco en la Variante Mamonal-Gambote, cerca de Membrillal.

Ramón Meléndez tenía 59 años y dedicó gran parte de su vida al Ejército Nacional, de donde se pensionó como sargento primero. Deja cuatro hijos (3 mujeres y un varón) y residía actualmente en el barrio Nuevo Campestre, aunque nació y se crió en Membrillal. Le puedo sugerir: Lloran a vigilante que murió al chocar contra moto cuando iba para su casa

Al dejar las Fuerzas Militares quería seguir activo y por eso Ramón, cuenta su hija Yesica, se puso a trabajar como conductor de tractomulas. En eso estaba precisamente cuando lo balearon para robarle el celular.

El jueves (28 de septiembre), Ramón regresaba a la sede de la empresa en su “mula”, luego de dejar una carga en la zona industrial de Mamonal, cuando quedó atrapado en un trancón vehicular cerca de Membrillal.

Eran las 11:30 de la mañana. El tránsito en la Variante Mamonal quedó paralizado por unas horas ante un operativo que desde tempranas horas realizaban las autoridades distritales, de Policía y de derechos humanos.

Ese operativo era para desalojar, como en efecto ocurrió, a 300 personas agrupadas en 200 viviendas improvisadas que ocuparon ilegalmente un gigantesco lote que le pertenece al Ministerio de Minas y Energía en Mamonal, y que los invasores llamaron Gustavo Petro. Le puede interesar: Identifican artefacto explosivo que niño, de 10 años, pisó mientras jugaba

Yesica relata que al verse inmerso en aquel trancón, su padre llamó a la empresa para notificar de la novedad. Le respondieron que se quedara en la zona hasta que la situación se normalizara.

Yesica le aseguró a El Universal que su padre bajó un momento de la “mula” para realizar, cree ella, una necesidad fisiológica.

Justo en esos instantes aparecieron dos hombres en moto que con arma de fuego intimidaron a Ramón para que les diera su celular.

Otros conductores se apersonaron de la situación y trataron de sacar rápidamente a Meléndez Pertuz para llevarlo a un centro asistencial. Lea también: Entregan restos de líder desaparecido por los Auc en los Montes de María

Habitantes de Membrillal que también se dieron cuenta de la situación, y al ver que se trataba de alguien que se crió en esa zona, se dieron a la tarea de cercar a los atracadores.

Gracias a su ayuda, y a la reacción inmediata de una patrulla del Cuadrante que realizaba operativos en la zona, los dos sospechosos cayeron en medio de una persecución.

A los dos individuos les hallaron el arma con la cual presuntamente balearon al “mulero” y el celular. Ambos sujetos ya fueron judicializados ante la Fiscalía y llevados ante un juez de Garantías, que una primera audiencia legalizó sus capturas.

Los presuntos delincuentes, identificados como ‘Óscar’ y ‘Luis’, tienen varias anotaciones judiciales en el Sistema Penal Oral Acusatorio (SPOA) y de ellos se supo que estaban actualmente bajo detención domiciliaria.

A Ramón Meléndez Pertuz lo llevaron inicialmente al CAP de Arroz Barato. Allí le practicaron los primeros auxilios. Luego lo remitieron ese mismo jueves al Hospital Universitario del Caribe. Lea: ¿Quién lo hizo? La misteriosa muerte de Davino en una trocha de Marialabaja

En este último centro asistencial, los médicos le practicaron una primera cirugía a la víctima para extraerle la bala que perforó órganos importantes como páncreas, riñón e hígado.

Esa segunda operación, explica Yesica, consistía en reconstruirle los órganos afectados por el proyectil. Las fuerzas de Ramón se acabaron a las 12:55 de la tarde del sábado (30 de septiembre). A esa hora entró en reanimación y a las 2 p. m. lo declararon muerto.

“Muchas gracias a las personas que donaron sangre, muchas s gracias a las cientos de llamadas que realizaron para saber de él.

“Sabemos que muchos lo querían y respetaban. Dios le pague a todos por querer a mi papi. Solo los que lo conocimos sabemos el hombre que fue y la huella que nos dejó”: Yesica Meléndez.