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Hombre quiso vender sus órganos por internet y recibió una terrible amenaza

Detrás de las jugosas ofertas de internet, puede haber un oscuro negocio del que los más incautos pueden ser víctimas. Lea la historia completa.

REDACCIÓN FACETAS

02 de junio de 2019 12:30 AM

Que alguien pueda o quiera vender sus órganos a través de un mensaje en Internet suena algo descabellado, pero en la red hay una cantidad interminable de mensajes de personas de todo el mundo que, supuestamente, “venden sus órganos”. “Hola. Soy Mexicano. 36 años. Tipo sanguíneo O+. Saludable. Estoy vendiendo mi riñón, médula y un fragmento de hígado. Cualquier interesado en mi país o del extranjero me puede contactar al siguiente móvil...”, ese lo leí en un blog de salud. ¿Cómo pueden ponerle precio a su hígado, a su riñón? ¿Habrá hecho la transacción? ¿Esto es legal? ¿Es físicamente posible? ¿Hace parte de algún tipo de una estafa? Le puede interesar: Trasplante y donación de órganos: si quieres donar, déjalo claro

Más descabellado suena otro comentario en noticias de salud que vimos hace poco y que llamó la atención de nuestro equipo periodístico, escrito así, tal cual: “Hola, mi nombre es Dr. James Henry del Hospital Universitario de la Universidad de Benin, soy especialista en cirugía de órganos, y nos encargamos de la compra de órganos a humanos que queremos vender, y estamos ubicados en Nigeria, EE. UU. y Malasia, pero nuestra oficina central está en Nigeria. Si está interesado en vender su riñón o en vender cualquier parte de su órgano corporal, comuníquese con nosotros para obtener más información. Contáctenos a través de...”. ¿Realmente pasa eso, existe gente que compra órganos como si se tratara de piezas de un carro? ¿Es falso? ¿Son estafadores? ¿Existe ese hospital? ¿Quién es James Henry? ¿Es una mafia?

Quisimos investigar sobre este, evidentemente extraño, tétrico y fraudulento mensaje. Una fuente del Instituto Nacional de Salud respondió que, en temas como este, no se pronuncian sobre rumores o comentarios y que no tienen denuncias al respecto. Que hay características técnicas y especializadas que hacen que traficar órganos sea más un mito que una posibilidad real. Además, y esto hay que recalcarlo, traficar órganos: ¡Es un delito y tiene cárcel!

“...No estés bromeando con nosotros”

Pero y entonces: ¿de dónde viene el mensaje sospechoso de compradores de órganos? Según el indicativo del número de contacto de WhatsApp, que es 234, de Nigeria. Escribimos al correo electrónico y también al celular solo para indagar un poco más al respecto. La respuesta fue una oferta “jugosa” por miles de miles de dólares, con un formulario que piden llenar y enviar junto a una copia del documento de identidad. “Le damos nuestra máxima seguridad de que no se arrepentirá”, dicen.

Como ese hay muchos mensajes en Internet. Otro, el de un tal doctor Benson Christen, que también promete dinero a cambio órganos, responde que no es algo legal, que necesitan una copia de mi cédula para continuar con el proceso y que, en cierto momento, debo cancelar 100 dólares para ser incluido en una lista. Al ver que no enviaba mi cédula, fueron insistentes y preguntaron si me había arrepentido. “Me da miedo, siento que es peligroso”, respondí. “Es muy seguro, no hay riesgos involucrados”, replicaron.

Un tercer doctor (al parecer, en Nevada, EE.UU.) de nombre Kenneth Raymon -cuya foto de perfil de WhatsApp es una pila de lingotes de oro- exigió casi de inmediato un giro por Western Union: 299 dólares, además de la lista de datos simples, como nombre y tipo de sangre. Esto, supuestamente, para registrarme ante una fundación, cuya página de Internet (verificamos después) promociona donar, mas no comprar ni vender órganos. Curiosamente él exigía enviar el dinero a un hombre llamado Usihon Omozuanfo Samuel, en Nigeria. Y digo exigía, porque comenzó a llamar insistentemente y a pedir que pagara “hoy mismo”, que “pidiera permiso” en mi trabajo para enviar el giro de inmediato y luego me advirtió: “Espero que no estés bromeando con nosotros”. En un artículo sobre este tema, el medio de comunicación RT menciona que en Nigeria, al parecer, cualquier persona puede cobrar una remesa a través de una agencia de giros sin mayores restricciones. Lea además: 12 mitos sobre la donación de órganos en Colombia

En realidad, más que una red de tráfico de órganos (quizá usted lo sospechó desde un principio), esto suena a estafadores. Y que existan demuestra que también hay gente incauta que cae en la trampa, al parecer, una estafa donde la víctima puede ser víctima-culpable, pues también está haciendo o intentando hacer algo ilegal y jugando con algo delicado y tan sensible como el trasplante de órganos. Además, un experto en delitos informáticos que consultamos explica que quienes responden a estos mensajes, intercambiando correos electrónicos, podrían ser víctimas también de programas malignos (softwares maliciosos que roban información de su computador).

Más allá de los mensajes

Buscando un poco más sobre cuál es la realidad en el mundo sobre traficar órganos, encontramos el reportaje del diario Los Ángeles Times: “‘Riñón a la venta’: Irán tiene un mercado legal de órganos, pero el sistema no siempre funciona”, allí se menciona que ese es “el único país donde funciona un mercado legal administrado por el gobierno para la venta de riñones”.

Sin embargo, los gobiernos y organizaciones internacionales prohiben, se oponen y condenan comercializar órganos. Existe una declaración de la cumbre sobre ‘Tráfico de órganos y turismo de trasplantes’, del Vaticano en 2017, cuyo primer punto exige: “Que todas las naciones y todas las culturas reconozcan la trata de personas con fines de extracción de órganos y tráfico de órganos, lo cual incluye el uso de órganos de prisioneros ejecutados y pagos a donantes o familiares de donantes fallecidos, como delitos que deben ser condenados en todo el mundo y procesados legalmente a nivel nacional e internacional”.

“Sí a donar”

En el mundo cerca de 90.000 personas esperan un donante. El número en Colombia ronda las 2.500 personas, según MinSalud. “Cada país tiene su propia legislación en cuanto los órganos, en la ley colombiana eso no se puede (comercializarlos), ni de donantes vivos ni cadavéricos, es ilegal y se castiga con cárcel”, explica Milena Orellano, coordinadora en el Caribe de Fundonar Colombia, médica y con un máster en gestión de trasplantes. “No puede haber ningún tipo de remuneración económica. Si una persona llega con un donante, empiezan a realizarle una serie de exámenes, evaluaciones, visitas, donde haya la mínima sospecha de tipo económica entre las personas, no los dejan trasplantarse”, explica. No solo esto, también añade: “Ningún cirujano que esté preparado se va a prestar para ese tipo de cosas, porque no se lo van a permitir”. Un dato adicional y muy importante, Milena sostiene que es necesario que las personas sean más conscientes de donar, sobre todo en ciudades como la nuestra. “Tenemos que ayudar a concientizar a Cartagena porque se trasplanta gente de Cartagena, pero Cartagena (en seis años) no ha generado el primer donante (cadavérico). Hay que seguir rompiendo mitos, hay muchas personas esperando por un órgano”, señala.

Y es absolutamente cierto, debemos continuar derribando los mitos sobre donar órganos, al fin y al cabo es una forma de dar vida y seguir viviendo.

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El “doctor” Kenneth Raymon continuó escribiendo y llamando insistentemente para exigir el dinero, marcó doce veces en una mañana. Debió estar desesperado.

Para ser donante

Para ser donante de órganos las leyes colombianas establecen que usted debe informar a su familia su voluntad de ser donante, pedir que respeten su decisión y que la informen en el momento que muera.

Puede adquirir un carné en el Instituto Nacional de Salud (INS) que lo acredita como donante, sin embargo no es obligatorio tenerlo para ser donante. Para adquirirlo, debe suministrar información básica a través de un formulario y ser mayor de 18 años. “Se presume que se es donante cuando una persona durante su vida se ha abstenido de ejercer el derecho que tiene a oponerse a que de su cuerpo se extraigan órganos, tejidos o componentes anatómicos después de su fallecimiento”, dice la Ley.

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