William “Bill” Weld, un republicano de 73 años de edad, nacido en el estado de Nueva York pero de una antigua familia de Massachusetts, fiscal general para el Distrito de Massachusetts (1981-1986) y dos veces gobernador de ese estado (de 1991 a 1997), quiere enfrentar a su copartidario, el presidente Donald Trump, en la elección a la Presidencia en 2020. Dada la gran polarización entre el Partido Republicano y el Demócrata, es difícil encontrar a alguien de su propio partido, y con su credibilidad, dispuesto a tal osadía, especialmente ahora, cuando los demócratas de la Cámara de Representantes de los EUA se aprestan a investigar al presidente Trump y a sus allegados, en la que algunos analistas políticos consideran la antesala para una destitución, o “impeachment”, que si fuera exitosa, sacaría al Sr. Trump de la Presidencia.
Bill Weld perteneció fugazmente al Partido Libertario (2016-2019) y fue su candidato a la Vicepresidencia en 2016, para luego retornar al Partido Republicano. El Libertario, fundado en 1971, es un partido que, según Weld, es “fiscalmente conservador y socialmente progresista”.
Nada de lo anterior sería extraordinario en los vaivenes de la política estadounidense, si no fuera porque Bill Weld estuvo de visita en Cartagena y aceptó que El Universal lo entrevistara para contarnos su posición.
Weld tiene casi dos metros de estatura, ojos azules y pelo rubio un poco rojizo, como su contrincante, pero contrario a este, es de figura atlética. Weld se educó en Middlesex, en Concord, Massachusetts, un colegio preparatorio (“prep school”) famoso, del que pasó a Harvard, donde se graduó con la nota suma cum laude, y de allí a Oxford (Economía), de donde volvió a Harvard y se hizo abogado (JD, cum laude).
Un ancestro suyo, Edmund Weld, fue alumno de Harvard en 1650, y otro anterior llegó de Inglaterra en el barco Mayflower, en 1620, mientras que William Floyd Weld fue uno de los firmantes de la Declaración de Independencia de los EUA en 1776.
Bill Weld no tiene maquinaria política ni parece tener una base de votantes numerosa. Aunque de ninguna manera es descartable, dadas las sorpresas de la actividad electoral, quizá no tiene muchas probabilidades de ser presidente de los EUA, pero nada de esto parece quitarle su entusiasmo por derrotar al Sr. Trump, el presidente de quien The Washington Post dijo el 2 de noviembre de 2018, que había hecho 6,420 comentarios falsos o inexactos en 649 días, mientras que The Guardian aseguró en enero 1 de 2019, que había mentido o sido inexacto 7,645 veces. El Sr. Trump, por su parte, dice que los medios le hacen “una cacería de brujas” y que publican noticias falsas, las infamosas “fake news”.
Señor Weld, ¿cómo fue su tiempo en el Partido Libertario?
-Me divertí en este tiempo, siempre me había identificado a mí mismo como un libertario con ele pequeña desde que estaba en la escuela de leyes y descubrí los escritos de Friederich Hayek. Pero en 1992, en la Convención Nacional Republicana, donde fui orador, resumí mis creencias: dije que quería al Gobierno fuera de tu cartera y fuera de tu alcoba, y esa sigue siendo mi opinión. Me siento cómodo con las ideas libertarias y con el conservatismo fiscal del Partido Republicano, pero este gobierno se alejó de eso.
¿Hay más republicanos con su posición?
-Creo que el conservatismo fiscal y el apoyo a la libertad individual son posiciones consistentemente conservadoras y cuando fui gobernador me declararon el más fiscalmente conservador en los Estados Unidos. El partido nacional estaba en contra del matrimonio entre parejas del mismo sexo, el aborto, la marihuana medicinal, pero yo actué según mis creencias, e hice lo mío al respecto, y cuando llegué a la reelección obtuve el 71% de la votación. Eso probó que la gente, al menos en Massachusetts, estaba de acuerdo conmigo.
Cuando usted fue fiscal general ganó 109 de 111 casos...
-Sí, tuvimos mucho éxito en el Departamento de Justicia del gobierno de Reagan, y mi vicefiscal era Bob Mueller, quien es ahora el fiscal especial (“Special Prosecutor”) investigando los asuntos alrededor del presidente Trump.
Y ahora que mencionó a Mueller, ¿qué cree que va a pasar en ese caso?
-No he hablado con Bob Mueller desde que fue nombrado, por razones obvias hubiera sido impropio, pero puedo decirle que será muy eficiente, y así fue como ganamos 109 de 111 casos en Massachusetts. Él es un hombre maravilloso. Pero mis diferencias con el presidente Trump van mucho más allá de la retórica.
¿Qué opina usted de que algunas personas importantes hayan dicho que el presidente Trump es un “activo” ruso?
-Bueno, usted sabe, sus decisiones parecen, a propósito o no, favorecer los resultados que Rusia busca. Y uno de mis mayores problemas con el Sr. Trump es que en el exterior, tiende a insultar a los aliados de los Estados Unidos, y la gente que parece gustarle más es la autocrática y la déspota, tal como el propio Sr. Putin. Y al principio el señor Trump dijo: ‘admiro a ese joven Kim en Corea del Norte, es un joven duro, imagínense, congeló (para querer decir que mató) a su tío y a su propio hermano, ese tipo es fuerte’. Eso es ridículo. Y en Europa, parece gravitar hacia Viktor Orban, primer ministro de Hungría, quien quiere sacar a Hungría de la órbita de occidente y acercarla más a Rusia; ha expresado admiración por el presidente Duterte, de las Islas Filipinas, porque él personalmente mata gente sospechosa de traficar con narcóticos. Todo es al revés, no creo que el presidente Trump está preparado para el cargo que ahora tiene, creo que es una situación peligrosa.
¿Cómo cree usted que Mr. Trump logró ser elegido presidente?
-Bueno, había pocas probabilidades, pero la elección se polarizó inmensamente, eran los dos candidatos más impopulares de la historia del país, pero había una sensación en los Estados Unidos de que mucha gente había sido dejada atrás, y todos votaron por el señor Trump. No hay duda que él se conectó a un filón, a una veta. Él tiene algunas características personales, tiene mucha energía y tiene lo que me gusta llamar astucia animal en política; eso suena como un cumplido, pero en realidad no lo es.
¿Usted cree que hay un buen chance de ganarle al Sr. Trump en 2020?
-Sí, yo no apostaría a que él ganaría esa elección y por eso he declarado mi interés de posiblemente ser candidato contra él. Quiero asegurarme de que no tengamos seis años más de estas payasadas. Creo que tendremos dos más, creo que llegará a las elecciones de 2020, pero la idea de tener que soportar el lunatismo que hemos visto, por seis años más, ocho en total, es muy, muy preocupante.
¿Cree usted que el presidente Trump llegará hasta el 2020 a pesar de que lo investiga la corte del Distrito de Nueva York?
-Creo que sí, aunque los demócratas de la Cámara de Representantes podrían tratar de desbancarlo en cualquier momento, hay muchas razones para hacerlo: él ha pisoteado el imperio de la ley mucho más que jamás lo hizo el presidente Richard Nixon, en cuya destitución trabajé de joven, y él trató de parar la investigación de Watergate diciendo que implicaba a la seguridad nacional, y esa era una mentira. Y hemos visto al Sr. Trump hacer eso, pero 10 veces más, y en público. En el caso de Nixon había unas grabaciones, y en el caso del Sr. Trump las palabras vienen de su propia boca.
Si usted fuese elegido presidente, ¿dónde comenzaría a enderezar las cosas?
-Comenzaría por recortar los gastos, como hice cuando fui gobernador de Massachusetts. Se volvieron completamente irresponsables en Washington, ambos partidos son cómplices, causan un déficit de un trillón de dólares por año, el presidente no ha vetado ni diez centavos de ese gasto, y está totalmente involucrado. Él no es un conservador, un conservador no estaría ensillando a las generaciones futuras con toda esa deuda. Eso sería lo número uno.
También creo en reducir los impuestos, lo hice 21 veces cuando fui gobernador y jamás los incrementé, eso es bueno para los negocios y para el empleo. Cuando llegué estábamos en una recesión y teníamos el desempleo más alto del país y luego de tres años teníamos la tasa de desempleo más baja del país. Las empresas tenían la confianza para construir la siguiente planta porque sabían que los impuestos solo podrían bajar, jamás subir.
Luego revertiría la política del Sr. Trump con respecto a nuestros aliados, y pienso que fue un desastre que los EUA no se unieran a la Alianza Transpacífica (Transpacific Partnership), el Sr. Trump dijo que no quería porque la alianza sería dominada por China, sin saber que China no era un miembro de la alianza, así que él no es estudioso de la historia ni de los sucesos cotidianos.
Creo también que el cambio climático es un asunto principal y no podemos enterrar la cabeza en la arena, pero el Sr. Trump dice que el cambio climático es un engaño, eso solo muestra su ignorancia masiva. La capa de hielo polar se derrite y si no hacemos algo todas nuestras fronteras de agua serán diferentes. Tampoco podemos seguir sin hacer nada los del norte, y a la vez exigirle a los del sur que recorten sus emisiones de gases de efecto invernadero. Hay mucha injusticia en el enfoque del presidente Trump hacia el mundo en mi opinión.
El Sr. Trump ha promovido algunas políticas que parecen positivas económicamente y el empleo subió, ¿cuál cree usted que es la causa de ese éxito aparente?
-Creo que, en general, a los presidentes les dan demasiado crédito por los tiempos económicos buenos y les adjudican demasiada culpa por los malos. Habiendo dicho eso, nunca he conocido un recorte de impuestos que no me gustara y creo que la ley de impuestos fue útil, contenía una provisión para la depreciación acelerada, y ese es un gran incentivo para que un empresario construya una planta en el lote de al lado e invierta en equipo de capital. Estas políticas de verdad crean empleos.
¿Cómo manejaría usted el problema con Venezuela?
-Nadie debería estar hablando de una invasión, ni acción militar. Es posible en Venezuela hacer algún arreglo con el señor Maduro, que le permita salir con alguna dignidad, y Colombia podría ayudar mucho y jugar un papel importante. Veo a los venezolanos en las calles de Cartagena bien tratados por los colombianos, así que creo que con algunos activos económicos, algo se podría arreglar.
Usted mencionó a la OTAN pero no elaboró sobre ella...
-Esa es una de las peores cosas que ha hecho el Sr. Trump y ni Putin habría podido escribir mejor el libreto. Putin desea debilitar a la OTAN, a la alianza occidental y ese también parece ser el deseo del Sr. Trump. El representante demócrata, Adam Schiff, del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, cree que el Sr. Trump es un activo ruso. Yo no sé si lo es o no, pero se porta como si lo fuera.
¿Cómo es su ancestro bostoniano y cuál fue la broma que usted hizo con el Mayflower?
-Massachusets, donde mi familia llegó hace muchos años, tiene una influencia irlandesa dominante y una vez me echaron en cara que mis ancestros habían llegado al país en 1620 y que por lo tanto yo era un yanqui rico y de corazón duro, y les contesté que no era mi familia la que había llegado, sino empleados de ella a alistarnos la casa para poder llegar después. A los irlandeses les encanta un buen chiste y se rieron mucho, y jamás volví a oír nada más al respecto.
¿Cómo ha sido su visita a Colombia?
-No es la primera vez que vengo, tengo compañeros de Harvard aquí, y he estado visitándolos en Bogotá, Clara López Obregón es de izquierda desde cuando era estudiante y la he visitado a ella y a su familia. Es la primera vez que vengo a Cartagena y espero volver pronto a una reunión, cuyo anfitrión es el expresidente Pastrana y el Consejo de Interacción (InterAction Council).
¿Cuál sería su política hacia América Latina si fuera presidente de los EUA?
-Mi primer trabajo fue escribir discursos de Latinoamérica para el senador Jacob Javits, de Nueva York; en 1993 y 1994 trabajé en el Tratado de Libre Comercio de Norte América directamente con el presidente Salinas, de México, y con sus ministros; y dirigí una misión comercial a Argentina, Brasil y Chile cuando fui gobernador. Bill Clinton me ofreció varias embajadas, pero preferí la de México (aunque por la oposición de Jesse Helms, nunca se pudo posesionar).
Los Estados Unidos necesitan la inmigración del sur, porque sin ella, las industrias de la agricultura y de la construcción en el oeste del país no serían positivas, no les alcanzaría la mano de obra local. Una de las peores cosas que ha hecho el presidente Trump es polarizar la inmigración y la usó desde el primer día de su campaña como una cachiporra para asustar, y lo hizo con mucha gente mal informada. Mis políticas serían opuestas a las de él.
¿Qué no le hemos preguntado que usted cree que debimos preguntarle?
-Creo que lo hemos cubierto todo: soy un conservador fiscal, y el Sr. Trump no lo es; soy socialmente tolerante, amistoso y abierto, y el Sr. Trump no lo es, aunque él pasó la mayor parte de su vida como un demócrata de la ciudad de Nueva York. El Sr. Trump es muy proteico, cambia según se lo sugieran las circunstancias, así que espero que el país recobre su sentido. Siento que hay algún peligro en que las tendencias autocráticas del Sr. Trump puedan desbordarse y que le hagan sugerir acciones que en verdad socavarían nuestra democracia. Ha bromeado que ‘si no sería agradable que no tuviéramos que tener elecciones’. Ahora intenta muy duro no tener elecciones Primarias y cerrarle la puerta hasta a un reto en estas, pero no creo que bromeara del todo, sino que tiene un talante lo suficientemente autocrático como para sentirse muy complacido si no hubiese competencia, y eso, por supuesto, es una receta para que la democracia en los EUA se hunda bajo las olas.
Sorprendió mucho el Sr. Trump cuando dijo que no sabía qué pasaría si él perdiese la reelección.
-Sí, él vive en un mundo propio, no sabe cuándo la cortina está abajo ni cuándo la cortina está arriba, ni cuándo está sobre el escenario y cuándo no lo está, es una persona muy inusual, y no de una manera positiva.
Muchas gracias por su entrevista.
-Gracias a usted.
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