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[Video] Los niños genios de Gambote que ganaron un oro en Chile

¿Qué tienen en común la moringa, la falta de agua potable y el ingenio de unos jóvenes estudiantes?, pues una investigación que fue premiada en Chile y es motivo de orgullo para Bolívar.

El diccionario de la Real Academia Española define el término adversidad como una situación desgraciada en que se encuentra alguien. Y sí, ha de ser una completa desgracia que, en pleno siglo XXI, no solo una persona, también toda una comunidad, tenga que vivir con la ausencia de un servicio fundamental: el agua potable, algo de lo que carecen en Gambote, corregimiento del municipio de Arjona, solo a media hora de Cartagena. Enfrentando esa adversidad -¡y de qué manera lo han hecho!- un grupo de 11 estudiantes de la Institución Educativa de Gambote (Inegam) desarrolla un proyecto que ha sido premiado a nivel local, regional, nacional y que ganó una medalla de oro en un certamen internacional.

El agua falta y abunda

Llegamos en la tarde de un miércoles lluvioso a la Inegam. El patio anegado del colegio evidencia algo por lo que sufren en el resto del pueblo: las inundaciones. Gambote bordea un tramo importante del Canal del Dique, un afluente que, en ocasiones, amenaza con desbordarse e inundarlos. Es paradójico que, pese a la abundancia de agua que los rodea, no exista agua potable. (También le puede interesar: Homenaje a jóvenes de Gambote que ganaron premio en Chile)

Gambote se surte de agua de un sistema que toma el líquido desde el mismo Dique, lo lleva hasta un tanque elevado y lo distribuye por tuberías hacia las viviendas, pero sin que reciba algún tipo de tratamiento. Esto es en el caso del corregimiento en sí, en las cinco veredas que tiene, varias de ellas de difícil acceso, las personas toman el agua cruda directamente del canal. Y, en ambos casos, la única forma de ‘potabilizarla’ es recurrir al sulfato de aluminio. “Esa es una sustancia asociada con muchas enfermedades, como cáncer en los huesos y demencia, gracias a Dios, aquí no se ha presentado algo así como tal. El sulfato se compra en la tienda, eso debe usarse una medida exacta de menos de 0.1mg/ litro de agua, pero aquí lo echan al ojo, se lo echan al tanque y lo revuelven; así sedimentan el agua, le cambian el color y así se la beben”, explica Miguel José Camacho, uno de los once estudiantes que lideran este proyecto.

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Las semillas de moringa son usadas en el proceso.

Una necesidad apremiante

El colegio donde nos encontramos, además de las inundaciones, enfrenta otro padecimiento y es que no tiene servicio de recolección de basuras externamente, por lo que los desperdicios tienden a acumularse al igual que en el resto del corregimiento que también carece de este servicio. Algunos pobladores recurren a la quema, mientras que otros tienden a arrojar las basuras al mismo dique de donde toman el agua.

“Nuestro proyecto comenzó cuando nos dimos cuenta de uno de los muchos problemas que hay en nuestra comunidad, nosotros no tenemos agua potable. Entonces, haciendo una revisión bibliográfica, buscamos una alternativa a base de la semilla de la moringa, una planta que crece aquí en nuestra comunidad con mucha facilidad, y nos dimos cuenta de que sí es benéfica y sirve para mejorar las características del agua”, añade Miguel José.

El árbol de moringa puede encontrarse en los patios de muchas de las casas, produce las semillas materia prima de esta idea. Otras personas suelen utilizar las hojas de moringa para bebidas diuréticas a las que les atribuyen propiedades adelgazantes. También, es considerado el árbol de la vida por su cuantioso contenido de vitaminas y minerales con efectos antioxidantes y antiinflamatorios.

En el caso de la Inegam, en 2018, de la mano del profesor de Ciencias Naturales y Educación Ambiental, Delimiro Navarro Arrieta, empezaron a trabajar el proyecto que convierte a la semilla de moringa en un coagulante natural para potabilizar el agua. “La moringa es una alternativa sostenible, en principio logramos reducir en 63% el carbono orgánico total y la turbiedad del agua y, de ahí, actualmente hicimos una concentración que redujimos al 10% la turbiedad, debemos llevarla a 2%, que es lo exigido, o sea que vamos por buen camino, todavía no tenemos la combinación óptima, pero estamos trabajando en el proceso”, añade emocionado Miguel José. (También le puede interesar: Puente de Gambote, completo al fin)

Una idea dorada

“Desde el momento en el que hicimos nuestro primer ensayo nos pudimos dar cuenta de los resultados que daba (la moringa). Ese primer ensayo no se hizo en un laboratorio ni se le tomaron muestras al agua, simplemente era para observar cómo se comportaba a simple vista la moringa en el agua. Después de una hora se empezaron a notar los resultados con respecto al color aparente y la turbiedad”, añade Yacira Cassiani, otra estudiante y parte de un proyecto que ha surgido entre adversidades.

“Otra dificultad que tenemos es que el colegio -continúa- no tiene un laboratorio, entonces no podíamos tener los ensayos al tiempo que los requerimos, sino cuando podíamos ir a hacerlos en la Universidad Tecnológica, que nos ha apoyado y colaborado mucho facilitando sus laboratorios, mientras que Cardique nos hacía los análisis químicos al agua”. (También le puede interesar: Bolívar presente en el Encuentro Regional ‘Ciencia y Territorio’)

“En 2018 se empezó con todo lo que era el proyecto, ese mismo año participamos en la primera feria zonal que se hizo en Palenque, en la cual clasificamos a la feria departamental que se hizo en la Universidad Tecnológica de Bolívar y ahí clasificamos al encuentro nacional en Bogotá, en esa feria también clasificamos, lo cual nos dio la oportunidad de participar en Expociencias Chile”, narra.

La feria se realizó virtualmente y, a finales de 2020, recibieron el veredicto: primer lugar y una medalla de oro, entre más de 40 proyectos de distintos países. “El día que recibimos la noticia del premio fue muy emocionante, pues en la categoría que estábamos participando ya se habían anunciado dos reconocimientos especiales, no esperábamos que nos llamaran en el primer puesto, entonces fue muy emocionante”, continúa Yacira. La medalla de oro ha sido motivo de orgullo para Arjona y para el departamento, no solo porque busca ayudar al propio corregimiento y también a las veredas que tiene, también porque representa una recompensa en aquella lucha ante las adversidades que enfrentan todos los días. “Tenemos cinco veredas, si la situación de aquí es difícil, para ellas más, hay unas que están muy apartadas. Se les hace difícil tener agua, la toman a la orilla del río”, complementa Yacira. “Ya que no tenemos la esperanza de que otras entidades hagan algo por nosotros, nosotros mismos somos quienes tenemos que buscar la soluciones. Hemos ayudado a la comunidad y se han dado cuenta de que en Gambote sí hay talento”, dice. “Encontrar la concentración óptima del coagulante sería genial porque podríamos modificarlo y hacerlo directamente en el tanque -de distribución- para que nuestra comunidad tenga agua potable, para que sea apta para el consumo humano”, recalca Miguel.

Mucha satisfacción

“Es una alegría, un gozo, ver cómo ese esfuerzo se ha visto premiado”, afirma el docente Delimiro sobre el proyecto de ‘Optimización de las características del agua de consumo de la Inegam’, como denominan a la iniciativa que busca métodos alternativos para hacer potable el agua. “De hecho, la primera feria a la que nos invitaron fue una en Brasil, los estudiantes quedaron con maletas y pasaportes listos, porque se metió la pandemia”, precisa. Y enfatiza un poco más sobre la importancia de este proyecto. “Continuamos con los ensayos, estamos buscando una concentración óptima y su aplicabilidad”, agrega.

La meta -explica el profesor, que ha sido una pieza clave en este proceso- es crear una fórmula con las semillas de moringa que los pobladores de Gambote puedan utilizar en sus casas, o crear un filtro a base de moringa o una fórmula que pueda aplicarse a gran escala en el tanque de distribución para que todos tengan agua potable, lo que sería un gran alivio en medio de la adversidad que les ha tocado vivir.

Gracias a su medalla de oro, los ojos del mundo ambiental se han centrado sobre Gambote. “Los estudiantes (Miguel José y Yacira) van a recibir una beca para estudiar su carrera en la Universidad Tecnológica de Bolívar, los otros estudiantes podrían también aplicar a una beca. Además, serán la imagen de una campaña ambiental de Cardique y, al haber ganado en Chile, se les concedió el derecho de participar en la feria de ciencias de Expositar Argentina”, comenta Delimiro.

La feria de Expositar es un importante certamen que comenzó virtualmente este viernes y del que esperan también salir victoriosos.

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