Los asentamientos ilegales en el cerro de La Popa no son algo nuevo, sin embargo, en los últimos meses estos se han intensificado.
Decenas de casas y ‘cambuches’ bordean este sector en riesgo, especialmente en la parte baja del Salto del Cabrón, una roca de gran tonelaje que está en las alturas del cerro y que desde el 2017 encendió alarmas de desplome.
El hecho generó que la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres, en compañía del Establecimiento Público Ambiental (EPA), la Alcaldía Local 1, y la Policía Nacional, realizaran un monitoreo en la zona.
Laura Mendoza Bernett, jefe de Gestión del Riesgo, indicó que durante el recorrido se identificó una invasión de aproximadamente de 30 familias, cada una de aproximadamente 5 o 6 personas, en la segunda revuelta para llegar al convento del cerro.
“Nos preocupa que haya un nuevo asentamiento en esta zona precisamente por todos los riesgos a los que pueden estar expuestas estas familias”, sostuvo Mendoza.
Las medidas
La funcionaria detalló que lo primero que se hará para frenar estos asentamientos es un censo para conocer el número exacto de familias que están allí. Este será liderado por los organismos de socorro y contará con el acompañamiento de la Policía Nacional.
También se le remitirán los hechos a la Secretaría del Interior y a los inspectores de Policía para que ellos determinen los procesos policivos respectivos para recuperar la zona.
Es de resaltar que desde el 2017, el Distrito anunció la realización de un censo de los invasores en toda la ciudad, especialmente La Popa, sin embargo, este aún no se realiza.
El primer censo en cuanto a invasiones lo hizo Corvivienda en el 2009. En ese entonces se estableció que había 6.750 viviendas bordeando el cerro de La Popa, entre lotes privados e invasiones.
La recuperación del cerro
La Empresa de Desarrollo Urbano de Bolívar (Edurbe), actualmente trabaja para contrarrestar la erosión en el cerro de La Popa, teniendo como base el proyecto diseñado por la Universidad de Cartagena.
Este incluye un sistema de terrazas conformado por pantallas pilotes en la parte inferior de las calizas, para protegerlas y evacuar el agua que cae directamente hacia la parte del Salto del Cabrón. (Lea aquí: Empezó la segunda fase de trabajos en el cerro de La Popa)
Además, un sistema de anclaje del material calcario que está triturado, con un tratamiento de los drenajes naturales con sistemas de disipadores con gaviones para efectos de controlar el agua que se filtra por esta piedra. Así mismo, protegerán los taludes con cobertura vegetal y en la parte baja se hará una trampa de sedimento.
Los trabajos para contrarrestar la erosión están valorados en $12 mil millones.
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