En una ciudad como Cartagena, en múltiples ocasiones ha sido necesario bloquear para llamar la atención de la autoridad; y ese fue el caso de Puerto Rey, una vereda ubicada a 15 minutos del corregimiento de La Boquilla.
El 11 de septiembre, junto con vecinos de Tierrabaja y Zapatero (otras comunidades de la zona norte), los nativos se fueron hasta a la Vía Del Mar que conecta a Cartagena con Barranquilla, con el fin de protestar por el mal estado de su vía de acceso, la cual no está pavimentada y ha causado varios accidentes.
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Tras el bloqueo lograron la presencia de la Personería Distrital y de representantes de la Secretaría de Infraestructura, que prometieron acciones en esa materia. Sin embargo las problemáticas de Puerto Rey van más allá de una zahorra que puedan echar para solucionar provisionalmente el estado de las vías. El Universal visitó la comunidad para conocer su situación.
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I. Un centro de salud a medias
Puerto Rey es otra de las víctimas de las promesas incumplidas en materia en salud. Hace seis años comenzaron la construcción de una nueva estructura para brindar los servicios médicos, sin embargo las obras se paralizaron y el centro nunca pudo funcionar. Ahora está inundado por el polvo y a merced del olvido.
Desde entonces los nativos reciben la atención en una pequeña vivienda alquilada, que en varias ocasiones ha tenido que ser cerrada por la falta de pago. Así mismo, denuncian que la misma infraestructura de la casa también está deteriorada, rodeada de aguas residuales y sin ventilación.
Ante un caso de urgencias, los enfermos deben trasladarse hasta La Boquilla, sufriendo los percances de la pésima vía que tiene la comunidad.
En el cronograma de reanudación de las obras de estos centros, Puerto Rey aparece dentro de la fase dos, sin embargo teniendo en cuenta que aún no han finalizado los trabajos en los cinco centros priorizados de la fase uno (Barú, Canapote, El Pozón, Daniel Lemaitre y Bayunca), aún no es claro cuándo podrían adecuar la infraestructura de Puerto Rey. Mientras tanto, siguen recibiendo la atención en la vivienda que se dispuso para ello.
II. Alcantarillado pendiente
En la sentencia T969 de 2014, la Corte Constitucional ordenó al alcalde de turno iniciar dentro de los diez días siguientes los trámites necesarios para conectar a las comunidades de Tierrabaja y Puerto Rey al alcantarillado de Cartagena. Adicionalmente dijo que las obras debían iniciarse a más tardar en cinco meses.
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Los años han pasado y la orden sigue en el papel, pues lo cierto es que Puerto Rey sigue viviendo entre aguas residuales y malos olores.
III. “Hay que mantener la ruralidad”
Por otro lado, siendo la actividad campesina una de las principales fuentes de sustento de la comunidad, los habitantes aseguran que no hay suficiente apoyo para realizarla.
“Yo me dedico a esto desde que tenía siete años y ahora tengo 61. Aquí hay mucha necesidad. Sembramos con las uñas, porque no contamos con el Gobierno. Si el ministro de Agricultura o la Umata se esmeraran por los campesinos este fuera un mejor pueblo”, asegura Danilo Miranda, agricultor de Puerto Rey.
“Yo a las autoridades le pido que le metan el hombro a la situación, que vengan y hagan gastos, no pañitos de agua tibia”, agrega.
Y es que Puerto Rey es de las pocas comunidades de Cartagena que sigue conservando una tradición agricultora, por lo que consideran importante que el Distrito también trabaje en defender y mantener su ruralidad, amenazada por proyectos urbanísticos e intereses de terratenientes.
La comunidad siembra arroz, melón, patilla, yuca, maíz, hortalizas y también tienen algunos árboles frutales como el tamarindo, el corozo y el mango, que sirven como un medio de sustento para los pobladores.
Sin embargo también preocupa el hecho que no se cuente con una represa o sistema de riesgo para los cultivos. “Las comunidades que más siembran en Cartagena son Puerto Rey y Zapatero y eso hay que protegerlo”, afirma Ronald Valiente, representante del consejo comunitario de Puerto Rey.
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Para él, el Distrito debe tener esto en cuenta e invertir. “No necesitamos ser urbanos, queremos mantener nuestra ruralidad porque hoy en día nos hemos visto afectados por el despojo y el desplazamiento”, comenta.
Además, pide que se considere a la comunidad para tener voz sobre las obras y proyectos en la zona. “Queremos que se cree una delegación que proteja los derechos de las comunidades étnicas, que vele porque se cumplan los mecanismos de participación efectiva en las decisiones que nos afectan y que no es que solo grandes terratenientes vengan a ejecutar sus proyectos sino que se analice cómo estas obras afectan los usos y costumbres de esta comunidad”, dice Valiente.
Por último cree que apoyar al campesinado de Puerto Rey es un gana-gana por lo que se fomentaría el autoconsumo no solo a nivel local sino incluso hasta nacional e internacional con la venta de los productos que se cosechan en la vereda.
IV. Un CDI precario
El Centro de Desarrollo Infantil (CDI) de Puerto Rey también clama una intervención. Por este motivo, no se permitió la alternancia y el 7 de septiembre se cerraron las instalaciones ante las condiciones inseguras tanto para niños como para docentes.
En el CDI hace rato no hacen una poda de la maleza, los baños no funcionan, el cielo raso está deteriorado e incluso se han dado robos por la falta de alumbrado y vigilancia.
Se han llevado utensilios, alimentos, cables eléctricos y la situación no es propicia para que los menores asistan.
Epílogo: En abandono
Por todo lo expuesto, la comunidad se siente abandonada a su suerte, teniendo que resolver por sí misma sus derechos básicos.
“Esta es una comunidad de campesinos, dedicada al sistema agrícola, de pesca y caza de cangrejos, pero es una comunidad afectada por el abandono frente a las problemáticas de alcantarillado, servicios básicos y el sistema enérgetico. En estos momentos hay muchos sectores que están conectados con líneas telefónicas, lo que constituye un peligro para todos los transeúntes”, dice Valiente.
Agrega que tampoco hay muchas opciones de transporte, pues en un día entran entre dos a tres busetas de Vehitrans y de resto, quien no tiene carro debe movilizarse en moto, incluso ante una emergencia. Tampoco hay escenarios deportivos propicios para jugar, solo hay un campo de sóftbol y una cancha también en condiciones deplorables.
Puerto Rey lo que pide es ser ubicado en el mapa, no tener que bloquear para ser escuchado. Que genuinamente se le reconozca como una comunidad negra y rural y que se le apoye para que sea así siempre, se hagan valer sus derechos, y sus 2.800 habitantes puedan tener una vida digna.
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