Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Colombia tiene 230.000 hectáreas de hoja de coca en todo el país en 2022. El informe también aborda la nueva política de drogas presentada por el Gobierno nacional y se discute en una entrevista con el Ministro de Justicia, Néstor Osuna.
“Ese informe determina que en el año 2022 existían 230.000 hectáreas con cultivos de hoja de coca en Colombia, lo cual implica un incremento del 13 por ciento respecto del año 2021. Si se comparan los resultados del 2021 con los del 2020, había un incremento del 43 por ciento. Entonces, por supuesto que siguió subiendo el número de hectáreas de hoja de coca, pero en una proporción muchísimo menor” expresó Osuna en una entrevista con Semana. Lea también: Aumenta la tensión entre el presidente Gustavo Petro e Iván Duque ¿por qué?
El término “aplanar la curva” se ha aplicado en el contexto del cultivo de hoja de coca en Colombia durante la época del COVID-19. En este sentido, se ha observado una desaceleración en el crecimiento de los cultivos de hoja de coca, pasando de un aumento del 41 por ciento al 13 por ciento. Esto sugiere un cambio de tendencia en la que el cultivo de hoja de coca ya no es tan atractivo como solía ser, lo que se interpreta como un proceso de “aplanar la curva”.
¿Cuál es la meta de gobierno?
“No es un fenómeno generalizado del país, sino es un fenómeno localizado en Putumayo, Nariño, Cauca y Catatumbo, principalmente. Fíjese usted que el 86 por ciento de los cultivos de hoja de coca están en apenas 52 municipios, que son el 4,7 por ciento del territorio. O sea, no estamos ante un país inundado de coca, sino ante unos problemas locales que vamos a enfrentar con la nueva política de drogas. Al poner ya en ejecución la nueva política de drogas, con esa ambiciosa apuesta por la sustitución, por la erradicación voluntaria de cultivos, consideramos que esa tendencia a la estabilización y comenzar la disminución se va a comenzar a ver. Nosotros tenemos proyectado cómo va a ser el panorama en la hectárea de coca para 2026 y, apostándole sobre todo a la erradicación voluntaria, consideramos que puede haber disminuido ese número de hectáreas de las 230 mil actuales a alrededor de unas 150 mil. Eso nunca ha ocurrido en la historia de Colombia, disminuirlas de esa manera”, respondió el ministro.
¿Cómo harán para que los campesinos dejen de sembrar coca?
“Inicialmente para esos campesinos pobres, no para todos los cocaleros, para los pequeños cultivadores que son campesinos pobres, tenemos cuatro alternativas a elección de ellos. Una primera opción es para aquellos cultivos que están en zonas protegidas, en zonas selváticas, la posibilidad de pago por servicios ambientales. ¿Eso qué quiere decir? Que si ellos se comprometen a arrancar las hojas de coca, les pagaríamos un salario que les permita vivir dignamente para que ellos permitan que la selva recupere esa frontera natural selvática, es decir, recuperar medio ambiente, reforestar la Amazonía, sería otra forma de decirlo. Esa es una alternativa para aquellos que están en esas zonas. Otra alternativa para cualquiera de ellos es recibir predios de la reforma agraria que implicaría, por supuesto, un traslado de ellos de los terrenos en los que actualmente están a terrenos dentro de la frontera agrícola, a terrenos que son productivos, a terrenos que quedan cerca de una carretera, de un municipio en el que hay hospital, escuela. Para eso también, claro, el compromiso es erradicar las matas y emprender los negocios dentro de la economía lícita que sean propios de esa reforma agraria y se les adjudicaría ese título en propiedad”, explicó Osuna a Semana.
También agregó: “Otra posibilidad para algunos que quieran hacerlo es continuar cultivando hoja de coca, pero con el compromiso de darle usos no narcóticos. Ya tenemos evidencia, ya existen en Colombia fábricas de fertilizantes, de alimentos, de cosméticos, de medicamentos a partir de hoja de coca. Eso, por no mencionar el consumo ancestral indígena de mambeo, que eso no se va a tocar, eso por supuesto que permanecerá protegido por la ley. Colombia podría ser un gran productor de fertilizantes a partir de la hoja de coca desnarcotizada y ya tenemos la tecnología, es más, ya lo estamos haciendo, lo están haciendo particulares, empresas de indígenas Nasa, en el Cauca lo están haciendo y otros en el Huila. Así que esa es otra posibilidad”. Lea también: Gobierno y disidencias de las Farc se preparan para nueva reunión
Y finalmente dio una última opción: “La última es la que normalmente se ha llamado sustitución de cultivos, es decir, la persona permanece en el mismo terreno en el que ha estado, pero se compromete a transitar a economías lícitas, arrancando las matas de coca y sembrando o dándole a la tierra la actividad que sea propicia de esa región y en eso el Estado les va a ayudar; no como usualmente lo ha hecho, es decir, tome esta platica para que haga lo que pueda, que sabemos que es fallido, que vuelve después atrás y que tiene efecto global, sino diciendo: “Mire, esta vereda, esta región tiene la vocación de ser, digamos, buena para el café. Si se pasan a cultivar café, nosotros vamos a ayudar, no solo con préstamos, sino que vamos a poner la fábrica que permite que ustedes no vendan costales de café, sino frascos de café instantáneo, que es muchísimo mejor negocio que vender el café sin procesarlo”.
¿De dónde va a salir ese dinero para pagarle un salario a los campesinos que abandonen los cultivos de coca?
“Para esa parte de pago de servicios ambientales creo que es para la que más hemos tenido ofertas para financiarla por parte de la cooperación internacional, porque es que rescatar la selva amazónica es un asunto que trasciende las fronteras de Colombia”.
¿La nueva política dejaría de perseguir el narcotráfico?
“La persecución penal incluso se puede fortalecer, la política que presentamos no es nada concesiva con los narcotraficantes; por el contrario, toda la estrategia va en contra de ellos y es perfectamente compatible con la legislación actual. Es decir, para ponerla en ejecución no es necesario modificar la legislación que prohíbe el narcotráfico, que prohíbe la cocaína, que lo considera delito. Lo que hacemos es concentrar ese esfuerzo policial en el narcotráfico principalmente, en el lavado de activos, comercio de cocaína, incautación, interdicción. Ahora, todos somos conscientes de que mientras haya demanda de drogas, mientras haya demanda de cocaína, de heroína, de fentanilo, de marihuana, va a haber oferta”. Lea también: Petro en Nueva York: así será la agenda del presidente


Néstor Osuna
¿Colombia va camino a la legalización de la droga?
“Para quienes les preocupa mucho esa situación, lo que les puedo decir es que Colombia no dará un paso alejado de la comunidad internacional. El esfuerzo que haremos en ese sentido es persuadir a la comunidad internacional, que es una cosa difícil y lenta, pero en la cual estamos y de que el paradigma actual no ha funcionado. Y a medida que la comunidad internacional vaya cambiando de paradigma, nosotros iremos ahí”.
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