Este jueves se agudizó la división entre el Gobierno nacional y la Alcaldía de Bogotá por el tema del metro en la capital.
El ministro de Transporte, Guillermo Reyes, informó que el presidente Gustavo Petro se mantiene en su postura de que el metro sea subterráneo y que será radical en su posición, por lo que se deben de incluir las modificaciones que pide el Gobierno.
Según el ministro, si no se hace subterráneo, condicionarán la financiación del 70 % de las obras de movilidad en Bogotá.


Guillermo Reyes, ministro de Transporte.
Por tanto, la propuesta de continuar con el proceso de ejecución, podría verse afectada si la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, no acepta las modificaciones de este se haga de manera subterránea.
Ante las declaraciones pasadas del mandatario, en las que calificó al proyecto del metro elevado de “esperpento” y “chambonada”, el ministro Reyes dijo que es así es como creen que sería la afectación “negativa” a nivel urbanístico para la capital y para los ciudadanos, por lo cual se dará la pelea para que sea subterráneo. Lea: Metro elevado de Bogotá “es un esperpento. Una chambonada”: Petro
Es importante recordar que a partir de la formulación y trazado de este proyecto de movilidad para la ciudad se busca que se desarrolle de manera integral, por lo que contaría con servicio de metrocable, conectaría con las troncales de TransMilenio y la construcción de nuevas vías.
La promesa de la alcaldesa López es que los bogotanos, para 2028, ya tendrían en funcionamiento la primera línea del sistema, por lo que tal decisión del mandatario pondría en ‘veremos’ la obra. Se espera que las mesas de trabajo adelantadas entre las partes permitan analizar de manera jurídica, técnica y financieramente la viabilidad de un tramo subterráneo, y no primen las miradas políticas.