Con apenas algunos minutos de haberse posesionado, Gustavo Petro Urrego dio su primera orden como nuevo presidente de Colombia: mandar a buscar la espada de Bolívar que el expresidente Iván Duque no había autorizado prestar para ese día. Y así fue, cuatro soldados del Batallón Guardia Presidencial trasladaron la urna de cristal donde se resguardaba la espada y se la llevaron al nuevo presidente. Lea aquí: Presidente Petro ordena llevar espada de Bolívar tras negativa de Duque
“Llegar aquí junto a esta espada, para mí, es toda una vida, una existencia. Quiero que nunca más esté enterrada, quiero que nunca más esté retenida; que solo se envaine, como dijo su propietario, el Libertador, cuando haya justicia en este país”, dijo en su discurso.
Ahora bien, la gran pregunta de muchos colombianos desde aquella escena es: ¿por qué es tan simbólica, qué ha pasado con ella?
Sin duda, la historia de la espada de Bolívar representa un hecho simbólico en Colombia desde los años 20, no solo por haber pertenecido al Libertador y expresidente Simón Bolívar, sino también por lo que representa para la izquierda y el tiempo en que estuvo guardada en el centro de Bogotá.
La historia
La espada de Bolívar fue inventariada desde 1924. El escudo que tiene en relieve es de la Gran Colombia con una decoración vegetal. Además, tiene las tres estrellas del General Bolívar.
Esta reliquia es una de las espadas de Bolívar que fue guardada en el Museo Quinta de Bolívar, en el Centro de Bogotá, hasta que el 19 de enero de 1974 fue robada por la entonces guerrilla colombiana Movimiento 19 de abril, más conocido como el M-19. La espada fue sustraída bajo el lema: ‘Bolívar, tu espada regresa a la lucha’.
Después, en 1988, Gustavo Petro dio una entrevista a Daniel Coronell cuando todavía era integrante del M-19. Le dio pistas de dónde se encontraba la reliquia cuando anotó: “La espada de Bolívar será presentada públicamente; está en Colombia y seguirá en Colombia”.
Luego de la firma de paz entre el M-19 y el Gobierno colombiano, el 31 de enero de 1991, la organización devolvió la espada durante una ceremonia en la Quinta de Bolívar. Desde aquel momento, la espada tomó un nuevo lugar de resguardo en el depósito del Banco de la República, para después ser llevada a la Casa de Nariño. Fue hasta este 7 de agosto del 2022 cuando Petro mandó a trasladar la emblemática espada desde el Palacio hasta la plaza de Bolívar.
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