La pandemia por COVID-19 ha llevado a la economía mundial a una recesión inesperada que afecta profundamente a las economías de América Latina y el Caribe. La combinación entre la creciente insatisfacción con la democracia en los últimos años, la continua exposición de la corrupción gubernamental y el aumento del descontento social han exacerbado los problemas existentes en la región. Lea también: ABC del sistema pensional en Colombia: ¿qué régimen le conviene más?
El futuro democrático de la América Latina depende de la capacidad de los gobiernos para responder rápidamente a estos crecientes desafíos o se podría enfrentar, una vez más, un nuevo período de retroceso democrático sostenido y declive económico. En ese sentido, el apoyo del sector privado y de expertos en políticas públicas en el diseño de estrategias de recuperación económica y reformas estructurales a largo plazo, son fundamentales para la generación de nuevas ideas en medio de la actual coyuntura.
“CIPE ha trabajado en Latinoamérica más de 30 años impulsando las iniciativas para el sector privado, de modo que sean actores activos que contribuyan al desarrollo de sus regiones, a la generación de empleo, y al fortalecimiento de las economías y la institucionalidad de sus países. Con el reciente establecimiento de la Oficina en Colombia, CIPE continuará promoviendo oportunidades que apunten en la dirección de robustecer la democracia en la Región Andina a través de la empresa privada”. Ángela María Vélez, Directora del Programa de CIPE Colombia.
El Centro Internacional para la empresa privada (CIPE), creo la iniciativa El Futuro del Trabajo en América Latina en el que 4 organizaciones están elaborando soluciones y recomendaciones para ayudar a remediar la recesión económica, brindar información significativa sobre el COVID-19 e impulsar el crecimiento económico a través del fortalecimiento del sector público y privado.
Reciba noticias de El Universal desde Google News Por tal razón, el CIPE realizará en la ciudad de Bogotá el evento “El futuro del trabajo en América Latina” para definir el alcance de un documento de política pública regional con recomendaciones y una ruta de implementación para el futuro del trabajo en América Latina.
Contará con la participación de 4 organizaciones internacionales y los siguientes temas de discusión:
Luis Fernández Mejía, Fedesarrollo - Colombia. El mercado laboral antes y después de COVID-19 y cómo las plataformas digitales están afectando los pagos de impuestos.
Ramiro Albrieu, CIPPEC – Argentina. El efecto del big data, la inteligencia artificial y otras tecnologías de mejora de la productividad en el mercado laboral y los ingresos de los trabajadores.
Laurence Pantin, México Evalúa – México. Buenas prácticas para la implementación de mecanismos digitales en la prestación de servicios del sector justicia.
Hugo Maul, CIEN – Guatemala. El papel de la tecnología en la construcción de la economía formal.
Las jornadas además tendrán la presencia de Marco Falcone de la Fundación libertad de Argentina y Santiago Laserna de CERES de Bolivia, quienes actuarán como observadores de las mesas.
Se realizará una transmisión virtual de la jornada del día 24 de marzo de 10:00 a.m. a 12:30 m. a través de las redes sociales de CIPE (Twitter: @Cipe_Lac) y se compartirá toda la información resultante del evento en los mismos canales.
Acerca de CIPE
El Centro Internacional para la empresa privada (CIPE por sus siglas en inglés) con presencia en 64 países, es uno de los cuatro institutos principales de la Fondo Nacional para la Democracia, que opera con recursos del Congreso de los Estados Unidos. Desde 1983, trabaja con líderes empresariales, gobiernos y sociedad civil para construir las instituciones cívicas vitales para una sociedad democrática.
El CIPE fue fundado con la idea de que la libertad económica y política están entrelazadas y que el progreso y desarrollo se obtienen a través de la combinación de la liberalización política y económica. La consolidación democrática no se logra simplemente sosteniendo elecciones, estableciendo una prensa libre y reconociendo los derechos humanos (aunque todos estos aspectos se mantienen como componentes esenciales). Las democracias funcionales requieren oportunidades, entre los ciclos electorales, para que el público participe en el proceso político. Además, las democracias funcionales también requieren un sector privado que tenga la capacidad y voluntad de proveer una voz externa en el proceso político democrático.
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