Los videojuegos resultan ser una de las alternativas del entretenimiento más populares en la actualidad debido a que el hecho de interactuar con ellos resulta en algo completamente atractivo, permitiendo a los usuarios vivir experiencias inigualables que concentran aspectos visuales, interactivos y narrativos en un entorno virtual que va más allá de las posibilidades de la realidad física.
Así mismo, el mundo de los videojuegos se caracteriza por contar con un amplio abanico de temáticas, géneros e historias que consiguen apelar a las emociones del jugador, llevando a este a dejarse invadir por estas alternativas que rivalizan con el entretenimiento más tradicional. Siendo que, también, estos comprenden el hecho de controlar personajes y experimentar situaciones donde la narrativa puede llevar a los jugadores a verse inmersos en contextos que emulan a la realidad, y con los que no siempre es agradable lidiar, como puede ser la muerte. Lea también: Ojo: exceso de videojuegos y aparatos electrónicos cambia conducta en niños
El final de la vida
Además de ser un recurso narrativo, la muerte es, a grandes rasgos, una experiencia universal que se extiende a todos los seres por igual, siendo en el caso de los humanos un proceso complejo que varía en función de cada sujeto, en razón de aspectos como la racionalidad y las emociones.
Debido a su carácter universal e implacable, la muerte comprende la pérdida y el duelo derivado como parte del proceso que es vivir. En muchos de estos casos, las cuestiones que se generan en torno a los hechos relacionados a la muerte, los cuales parecen carecer de razón, pueden encontrar en objetos y manifestaciones culturales un apoyo que traspasa los muros propios de la tragedia, derivando en la interacción con otras personas que, probablemente, se encuentran atravesando circunstancias similares.
Cuando se pierde a un ser amado, el proceso de duelo implica una reconstrucción del mundo y la armonía interna del cuerpo y la mente. Una situación de tal complejidad emocional puede llegar afectar incluso a la identidad personal, así como a las interacciones cotidianas previas al duelo. Lea también: El duelo de una madre: tras perder a Emilia salió el arcoíris
Lo anterior podría suponer la cuestión de que, pensando en los elementos más allá de la tragedia, “¿Podrían los videojuegos ayudar en el proceso de reconstrucción?”.
Si hay algo claro frente a esta cuestión, es que las personas disponen de una gran variedad de propuestas que lo pretenden o que, en las manos de jugadores, han catalizado la necesidad de salir adelante.
Reflejos de la realidad
Tal como en la vida real, algunos videojuegos en la industria han empleado al duelo como un recurso narrativo el cual, a través de la tristeza o la tragedia, logra dar sentido a las más increíbles historias virtuales.
Juegos como la aclamada saga de terror ‘Silent Hill’, en la que destaca su segundo juego al exhibir el estado de duelo constante que consume al protagonista James Sunderland tras la muerte de su esposa Mary, desatando la mayoría de horrores del juego que resultan ser reflejos de la propia consciencia del protagonista. Otro ejemplo destacado es el de las luchas internas a las que se enfrenta Joel, protagonista de ‘The Last of Us’, tras la pérdida de su hija a inicios del Apocalipsis que azota al mundo ficticio de los juegos.
Apoyo para el dolor
En el artículo académico titulado ‘A Game Design Method for Therapeutic Games’, publicado por el Conservatorio Nacional de Artes y Oficios de París, se da una perspectiva sobre la posible alianza que se podría dar entre los videojuegos y lo terapéutico con el fin de resolver uno de los problemas más comunes en el tratamiento de la salud mental: el compromiso con la terapia.
Con una motivación basada en los objetivos terapéuticos, se pueden conseguir en juegos existentes o en el diseño de nuevos proyectos una suerte de experiencia virtual que logre funcionar como un elemento de apoyo psicoeducativo, basada en elementos de jugabilidad y detalles narrativos relacionados con el problema a tratar.
Así mismo, según la psicoterapeuta española Alba Payás, el proceso del duelo no puede alcanzar su sanación completa sin tener conexión con otras personas. Sin embargo, en el camino tan duro y humano de la tristeza pueden llegar a existir apoyos externos que resulten fundamentales al momento de dar un paso extremadamente difícil. Es precisamente en ese punto donde, junto a otras creaciones del entretenimiento, los videojuegos tiene un espacio en el que alojarse, brindando experiencias que conecten al usuario con narrativas que le puedan generar empatía, distracción o escenarios de juego cooperativo que lo conduzcan a relacionarse con personas afines.
Una oportunidad para recordar
Además de poder llegar a desarrollar un papel como medios para vivir el duelo, los videojuegos pueden convertirse en un lugar donde, más allá del dolor, las personas pueden encontrar un refugio para preservar y mantener con vida el recuerdo de sus seres queridos.
Como prueba de lo anterior, una historia que ha circulado en los foros de internet desde hace algunos años demuestra que en los videojuegos podemos llegar a guardar los mejores y más hermosos recuerdos relacionados a una persona que nos ha dejado.
El Youtuber ‘PBS Game/Show’ publicó un video en el 2014 en el que hablaba de la forma en que los videojuegos pueden dar gratas anécdotas y memorias durante la juventud y la adultez hasta el punto de convertirse en “experiencias tan emocionales que llegan a ser espirituales”. Lea también: ‘Cartagena Gamer’: lugares que viven la pasión por los videojuegos
Como es usual, la audiencia comentó el video con anécdotas personales, hasta que la de un usuario en particular llamó la atención del resto.
El usuario ‘00WARTHERAPY00’ compartió que cuando tenía 4 años su padre le regaló la primera ‘XBOX’ que salió al mercado en el año 2001. A través de la consola, su padre y el chico llegaron a fortalecer su relación, ya que pasaban horas jugando juntos. Uno de los juegos preferidos del dúo era ‘RalliSport Challenge’, un título de carreras.
La desgracia llegó a la vida del chico dos años más tarde cuando su padre falleció. El trágico suceso le afectó de tal manera que le parecía imperdonable jugar con la consola sin la compañía de su padre. Posteriormente, la guardó y no la volvió a tocar por diez años.
En el año 2013, siendo un adolescente de 16 años, ‘00WARTHERAPY00’ hurgaba entre las cosas de su niñez cuando encontró la consola. Habiendo superado su duelo, el joven la sacó de entre el polvo y los recuerdos, la conectó y la encendió una vez más. Dentro del aparato había permanecido guardado el disco del juego ‘RalliSport Challenge’.
Cuando el chico quiso empezar una carrera, se percató de un detalle que lo dejó sin aliento. El juego en cuestión tiene la particularidad de guardar los récords de los jugadores y traerlos en forma de “autos fantasma” en nuevas carreras, los cuales se conducen y se mueven tal como lo hicieron en el momento de lograrse el récord, con el fin de superar las marcas hechas por el propio jugador. Lea también: Five Nights at Freddy’s: la nueva película basada en el videojuego de terror
El caso es que el último récord guardado no era del joven, sino de su padre. Básicamente, el “auto fantasma” era su padre jugando a través del último récord que logró antes de morir.
El chico empezó a competir contra el fantasma de su padre, acercándose al récord cada vez más hasta que, en una carrera emocionante, lo superó y, antes de cruzar la meta, frenó su vehículo rotundamente, asegurándose de que el “auto fantasma” ganará la carrera para que el juego no borrara el último recuerdo de su padre.
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