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Mary Luz Boada, una mujer que trabaja sobre cuatro ruedas

Esta bogotana de 25 años recorre las carreteras de Colombia transportando mercancías en su camión. Conozca su historia de empoderamiento.

LAURA ANAYA GARRIDO

28 de agosto de 2022 12:00 AM

Mary Luz Boada Carreño llevaba unos dos años trabajando para un ganadero cuando recibió una pésima noticia que cambiaría su rumbo. Un día, su entonces jefe simplemente le dijo: “No, Mary, ya no hay más trabajo porque mi hijo quedó desempleado. Por favor, enséñale lo básico, haz tu liquidación y te vas”. Aquellas palabras retumbaron en los oídos de la joven, entonces de 22 años, y le dolieron, sí que le dolieron, porque ella fue leal y se esforzó al máximo por ser una buena trabajadora.

Aquello ocurrió en Bogotá, su ciudad natal, y en ese momento Mary Luz lo sintió como una caída estrepitosa, pero ahora, en Cartagena y más de tres años después, la joven está convencida de que solo se trató de un tropiezo del cual se levantó para ser mejor: ahora es su propia jefa, se independizó ¡y tiene una oficina que rueda por las carreteras de Colombia!, desde Bogotá hasta Cartagena, a veces por Pasto, Bucaramanga, Medellín y muchos lugares más, ¡Mary es camionera! Lea además: Video: la inspiradora historia de una barbera venezolana en Cartagena

Mary buscó trabajo, pero por más que se esforzó, nada encajaba con lo que ella quería para su vida, así que decidió seguir el ejemplo de sus padres e independizarse. Ellos, por supuesto, la apoyaron con palabras, pero también con actos: ella no tenía historial crediticio, así que sus papás la ayudaron a comprar un camión para transportar mercancía.

“Mi primer viaje fue de Bogotá a Bucaramanga, luego fui de Bucaramanga a Medellín, de Medellín a Cartagena y así. Viajo mucho para la Costa, me gusta mucho, y de aquí sí para todos lados. He ido a Florencia, Caquetá; Pasto, Arauca, aparte de Antioquia y Cundinamarca, por supuesto”, menciona y le entra la llamada: es un cliente. Justo llegó a Cartagena para transportar una carga hasta nuestras instalaciones y ya tiene trabajo para devolverse, ¡perfecto! Saldrá de aquí, de El Universal, para Manga a buscar unas telas que de inmediato transportará a la capital del país. En el camino, si es necesario, encontrará dónde parquear el carro para dormir el algún hospedaje decente que encuentre.

Mary Luz Boada, una mujer que trabaja sobre cuatro ruedas

Esta vez, Mary llegó a Cartagena en un camión “Fotón sencillo con capacidad de carga de once toneladas”, me explica mientras nos acercamos al vehículo, que se ve enorme al lado de cualquiera de nosotras. Este sí lo compró ella, después de mucho trabajar con el automotor anterior... Últimamente le estaba molestando mucho la inyección.

-En el otro carro sí me molestaba mucho el tema de la inyección, entonces me tocaba detenerme cada rato y tratar de desvararme y lo hacía. O se me estallaba una rueda, entonces, en este caso, llamaba a la concesión de las vías y ellos llegaban- dice Mary, que nunca ha sentido miedo mientras trabaja.

-¿Y qué te pasó? ¿Te volcaste?- le pregunto.

-No, porque normalmente en el transporte de carga uno no anda tan rápido, así que cuando se estalló una llanta pude estabilizar el carro y orillarme hasta que cambié el repuesto -responde más bien serena, imperturbable.

Me dice que transporta todo tipo de carga a cualquier lugar de Colombia. Que su viaje más largo ha sido de Cartagena hasta Pasto. “Hace como dos años y medio de ese viaje. Son alrededor de treinta horras, un poco más”, menciona. Aunque para muchas personas ser camionera suene a un trabajo superdifícil y superpesado, para Mary es una labor bonita. Es tener una oficina de cuatro ruedas que le da la oportunidad de ver amaneceres y atardeceres hermosos. De conducir descalza. De pensar. De ser libre.

“Lo que más me gusta es el día a día de lo que uno observa en carretera -me dice y sonríe-. Tantos paisajes, tantas cosas bonitas, es como la libertad que uno tiene ahí. Es un trabajo que muchas personas lo pueden ver duro, pero es muy bonito porque uno está solo, disfruta de la carretera, entonces a veces puedes hacer muchas cosas en otras ciudades, puedes conocer más lugares, pueblitos... turistear, que le llaman”.

Lo que más me gusta es el día a día de lo que uno observa en carretera. Tantos paisajes, tantas cosas bonitas, es como la libertad que uno tiene ahí”.

Mary Luz Boada.

-¿Y qué es lo más difícil de tu labor?

-Lo más complicado es, a veces, con los hombres de las empresas. A veces tienden a sobrepasarse... Ya me pasó que le puse los puntos sobre las íes a esta persona y esta persona lo que hizo fue bloquearme totalmente de la empresa, me sacó de la empresa y también a otros familiares míos, porque en mi familia hay otros vehículos. Nos bloqueó sin respuestas, sin por qué, nada. Nosotros fuimos, hablamos con el jefe de seguridad de la empresa y no pudimos lograr nada, ya él tenía todo arreglado y nos sacó a todos de la empresa. Por fortuna, esto no ocurre en todas las empresas, es ocasional.

Mary también reconoce que el machismo persiste en el negocio del transporte, pero asegura que procura siempre quedarse “con las personas bonitas y las energías bonitas... No me alimento ni pe apego a ese tipo de cosas, las dejo pasar”, agrega.

Mary Luz Boada, una mujer que trabaja sobre cuatro ruedas

***

A sus 25 años, Mary Luz es una madrugadora empedernida, así que suele levantarse a las cuatro de la mañana. Le toma una hora, en promedio, arreglarse: ya saben, escoger la ropa y los accesorios, así como maquillarse antes de montarse en su camión para trabajar. Suele laborar hasta las diez de la noche y, cuando llega a su destino, se desmaquilla y hace su rutina de skin care para después dormir.

-¿Piensas dedicarte a este trabajo toda la vida?

-No, por ahora, el proyecto está con cinco años con este camión. De acuerdo con lo que construya en capital en estos cinco años, voy viendo qué camino tomar. Me gustan mucho los idiomas, entonces ahorita voy a comenzar a estudiar inglés, porque hay oportunidades para irme (a vivir a otro país). Si me voy, quiero que sea algo sólido que me favorezca, porque acá estoy creando mi capital y también teniendo mi sueldo adicional. ¿Por qué cinco años?, porque quiero ser mamá, quiero tener un hogar... quizá en ese tiempo llegue la persona.

-Cuéntame, ¿hay algo que siempre lleves en los viajes?

-¡Sí! Llevo una maleta gigante que está llena, aparte de sueños y muy buena energía, ¡de mucha ropa!, porque viajo para todos lados y siempre debo estar preparada- dice y sonríe con los labios y con sus pequeños y negrísimos ojos. Lea además: Ni la enfermedad huérfana que padece le ha impedido cumplir sus sueños

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