En la misma medida en que se han decretado restricciones al mototaxismo en Cartagena, se han realizado protestas que buscan ‘tumbarlas’.
Y es que Cartagena es una ciudad de necesidades. Por un lado necesidades económicas, que según cifras del Dane tienen a más de 414 mil cartageneros viviendo en condiciones de pobreza. Y por otro, necesidades de movilidad, teniendo en cuenta que el transporte público en Cartagena aún no tiene cobertura en todos los rincones de la ciudad y siguen existiendo falencias en los tiempos de espera.
Es allí donde aparece el mototaxismo, como una alternativa informal tanto para el que necesita ganar dinero como para el que requiere transportarse de forma rápida, y es por ese ‘matrimonio’ de oferta y demanda que ha sido tan difícil lograr erradicarlo.
La más reciente victoria del mototaxismo tiene que ver con la modificación del Decreto 1542 del 4 de noviembre de 2022, que restringía la circulación de parrillero hombre en toda la ciudad por un mes. Tras varias protestas donde los mototaxistas argumentaban que la medida afectaba el sustento diario que consiguen a través de esta actividad, el Distrito decidió retirar la medida a partir del 15 de noviembre siempre y cuando se haya logrado concertar un borrador para un nuevo decreto.
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Las restricciones a través de la historia
Las restricciones históricas al mototaxismo se derivan de un decreto del 4 de septiembre de 2006 expedido en ese entonces por la Presidencia de la República, en el cual se ratifica que el mototaxismo es un servicio ilegal.
Dicho decreto establece lo siguiente: “En los municipios o distritos donde la autoridad verifique que se está desarrollando una modalidad ilegal de un servicio público de transporte de pasajeros utilizando la movilización de personas en motocicleta, dicha autoridad deberá tomar las medidas necesarias para restringir la circulación de acompañantes o parrilleros, por zonas de su jurisdicción o en horarios especiales de acuerdo con la necesidad”.
Tres días después a la expedición de ese decreto, el Distrito, en cabeza del exalcalde Nicolás Curi Vergara, estableció las primeras medidas que restringían la circulación de motos en Cartagena. Entre ellas estaban el ‘día sin moto’, que comenzó siendo el primer viernes de cada mes; la restricción nocturna (de 10 p.m. a 6 a.m.) y la prohibición de ingreso al centro amurallado.
Además se continuó con el pico y placa por pares e impares que ya venía rigiendo en Cartagena desde el año anterior.
Esas medidas fueron la base para todas las restricciones que vinieron después. Al año siguiente, en 2007, solo se modificó la restricción nocturna -que cambió de 11 p.m. a 5 a.m.-, pero se continuó con el resto de medidas.
En 2008, con la llegada a la Alcaldía de Judith Pinedo, fue que se aumentaron los ‘días sin moto’. Según decretó la exalcaldesa, de ahora en adelante serían el segundo y el último viernes de cada mes, tal como se mantiene hasta hoy.
Más adelante, en 2012, en aras de garantizar la seguridad de los menores de 10 años y embarazadas se restringió que las motos pudieran circular con estas personas como acompañantes, y en 2018 la restricción se amplió a los menores de 12 años.
Relación con la inseguridad
Las medidas contra las motos relacionadas con la inseguridad aparecieron en el 2016, bajo el mandato del exalcalde Manuel Vicente Duque. En ese entonces se prohibió la circulación de motos con acompañante en siete barrios de la ciudad: Bocagrande, Manga, El Laguito, Castillogrande, El Cabrero, Crespo y Pie de La Popa. Inicialmente la medida fue por dos meses y luego se extendió por un año y además se incluyó al barrio Alto Bosque.
Este decreto tenía como objetivo mejorar la seguridad en estas zonas. La medida se mantiene hasta hoy, aunque con una modificación importante, pues en 2020 el alcalde William Dau decidió que la restricción fuese únicamente para la circulación de parrilleros hombres.
La última medida tomada en este mismo sentido fue la del Decreto 1542 del 4 de noviembre del 2022, en el que se prohibió la circulación de parrilleros hombres en toda la ciudad debido a la ola de sicariatos que afronta Cartagena. Sin embargo la medida fue ‘tumbada’ tras las protestas que realizó el gremio de mototaxistas en contra del decreto.
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¿Han sido efectivas las medidas?
Para el experto en movilidad Holman Ospina-Mateus, quien es doctor en Ingeniería y profesor de la Universidad Tecnológica de Bolívar, las medidas que se han tomado de restricción a las motocicletas han sido insuficientes porque no existen mecanismos efectivos de control.
“Los ciudadanos se han acostumbrado a evadir y evitar los pocos controles, o incluso, a irrespetarlos. En un estudio que desarrollamos con los motociclistas con la anterior restricción de pico y placa por pares e impares, el incumplimiento en más de 12 mil motocicletas superaba el 70%”, anotó.
Según el experto los efectos de estas restricciones deben respaldarse con cifras que den cuenta de la viabilidad de estas normas. “En meses anteriores me dediqué a evaluar los tiempos de recorrido entre las dos medidas de pico y placa y se observa que los tiempos de viaje para más de 40 corredores viales aumentaron en un 5%, lo que indica que aumentó la exposición de los actores viales”, detalló Ospina-Mateus.
De acuerdo con el experto lo que justifica esto es el aumento de las actividades económicas, el crecimiento del parque automotor y la flexibilización de las medidas para las motocicletas en cuanto al pico y placa.
En este sentido el experto sugiere que la solución integral al mototaxismo sea la vinculación de estas personas a oportunidades de empleo formal.
“La informalidad siempre será una complicación para cualquier administración. Se debe buscar que se tenga un censo real de la población que es mototrabajadora para brindar soluciones que los encarrile en esquemas formales. Debemos trabajar en esquemas culturales en la ciudad que nos ayuden a generar fortalezas para no depender del diario”, puntualizó Ospina-Mateus.
La intención de caracterizar a los mototaxistas no es nueva. De hecho en ocasiones anteriores se ha hablado de realizar un censo con el fin de avanzar hacia el desmonte gradual del mototaxismo. La administración actual ya manifestó su voluntad de adelantar el proceso y será cuestión de tiempo para analizar los resultados de esta iniciativa.