Aunque han intentado tomar medidas para evitar que la situación siga sucediendo, la falta de sillas en la Institución Educativa Fe y Alegría El Progreso sigue ocasionando que muchos de los estudiantes tengan que buscar como sea un lugar donde sentarse.
“Ya es hora que respeten nuestros derechos como estudiantes, no es justo que nuestra educación se vea interrumpida por la falta de sillas en la institución”, expresó Kenlly Ruiz Murillo, estudiante de la Institución Educativa Fe y Alegría El Progreso.
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El panorama en varios de los salones del colegio es el mismo: estudiantes sentados en pedazos de cartones, tablas, cuadernos y otros objetos, con el fin de evitar ensuciarse en el piso. Esto debido a que las sillas con las que cuenta la institución no son suficientes para la cantidad de estudiantes.
“Se ha vuelto común que estemos en clases y se tenga que interrumpir porque a uno de los estudiantes se le cansó la espalda o se le durmió la pierna por estar tirados en el suelo”, aseguró Ruiz Murillo.
La comunidad educativa asevera que han reportado esta situación ante los directivos, pero todavía siguen esperando soluciones.
Las clases en esta institución, especialmente en uno de los salones de 11, se ven interrumpidas debido al desorden que se fomenta con el tema de la falta de sillas.
“Esto es aprovechado por los estudiantes desordenados para interrumpir las clases, fomentar el desorden y afectar el desarrollo de los temas. Estamos seguros que si tuviésemos todos dónde sentarnos, la situación sería diferente”, afirmó Kenlly.
Debido a la problemática, han ocurrido enfrentamientos entre estudiantes, ya que se pelean por ocupar las pocas sillas que hay en buen estado.
En infraestructura y dotación, las falencias en la institución hacen que la comunidad educativa se vea muy afectada.
“El colegio necesita que la Secretaría de Educación realice una mayor inversión, porque nosotros no estamos en buenas condiciones acá, estamos prácticamente olvidados”, aseguró la estudiante.
En cuanto a las sillas que son utilizadas por los jóvenes, Ruiz aseguró que “son pocas las que se encuentran del todo bien. Muchas están dañadas y otras ya apunto de quedar inservibles”.
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Respecto a la situación, la rectora de la institución, Amalfi Rosales, aseguró que “solicite a la secretaria de educación pero no hay respuesta positiva para solucionar la problemática de manera inmediata sino a largo plazo”.
Debido a la respuesta negativa que según Rosales le dieron en la Secretaría de Educación, ha tenido que recurrir a otros lugares para evitar que esto se siga presentando.
“He estado contacto por otro lado a ver dónde consigo y le solicite a través de un oficio a la Universidad de Cartagena unas cosas que ellos tienen en desuso y parece que me las van a dar”, afirmó la rectora. “No hago gestión de compras porque el colegio no tiene recursos financieros aún”, puntualizó.
Por su parte, la secretaria de Educación, Claudia Almeida, debido a compromisos, no pudo pronunciarse al respecto.
Las falencias en materia de infraestructura en la institución vienen siendo denunciadas por los estudiantes desde hace varias semanas.
Hace poco menos de un mes, en la institución ocurrió una emergencia debido a la caída del techo de restaurante escolar, lo que fue un detonante para que la comunidad educativa expusiera las necesidades que tiene el plantel educativo.
En su momento, la Fundación Fe y Alegría, responsables del mantenimiento de la planta física, aseguró que en el lugar se adelantarán adecuaciones, incluyendo los baños, el cerramiento y la mejora en las cubiertas.
En esta ocasión, los estudiantes manifestaron que desde los baños se expide un mal olor que en ocasiones los obliga a salir de los salones.
A la institución se acercó un arquitecto y un ingeniero con el fin de iniciar los estudios para realizar las adecuaciones.
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