Un pastor belga malinois llamado Iker, de cuatro años y medio, hará parte principal del desfile militar de este 20 de julio en Bogotá. Lo hará en su silla de ruedas empujada por su compañero, el soldado profesional Diego Montenegro quien con 13 años en las filas del Ejército asegura que nunca olvidará el 27 de enero de este año cuando cayeron en un campo minado en Catatumbo que le ocasionó la pérdida de la pata derecha delantera.
Pese a este hecho, Iker camina, salta, corre y juega sin problema. Esto gracias a que el chaleco que usa tiene más carga del costado derecho para mantenerlo en equilibrio, según explica la veterinaria del centro de caninos de la Centro Nacional contra artefactos explosivos, teniente Carolina Mc Ewen.
Iker y Montenegro hacen parte del Batallón de Alta Montaña No. 1 de la brigada 13 del Ejército y llegaron al Catatumbo a patrullar en esta región tan convulsionada en materia de conflicto por los grupos al margen de la ley que se disputan el territorio para el control de la ruta de narcotráfico.
“Allá estaban fundando batallones y los que salían no tenían grupos de caninos, entonces fuimos a apoyar esa labor. Sobre las 11:30 de la mañana Iker ya había detectado el explosivo, solo faltaba que lo ubicara con precisión”, detalla Montenegro.
En un abrir y cerrar de ojos se escuchó una explosión y el lamento del animal, al que el resto de la tropa daba por muerto. Al acercarse notaron que aún estaba con vida y los enfermeros de combate logran estabilizarlo y mantenerlo en este mundo gracias a los primeros auxilios que le brindaron.
Montenegro, en medio de la tristeza que lo embargaba, recuerda que lo vendaron para detenerle el sangrado y le aplicaron medicamentos al canino.
Mc Ewen, la veterinaria, señala que el animal tuvo pérdida de tejidos y estaba necrosado por lo que se tuvo que amputar al nivel del codo del animal, es decir, unos 40 centímetros de la extremidad.
“Una de las ventajas que hay en los caninos es que no padecen un complejo al perder una extremidad, en ellos es diferente. Se adaptan muy fácil a la pérdida de un miembro, porque su necesidad es caminar o jugar y él lo hace perfectamente. De hecho, si lo ponen a buscar un explosivo lo hace”, agrega la médica.
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