Desde que le regalaron a sus 12 años su primera caja de óleos, aquel niño que era Fernando Botero no ha dejado de pintar. Sus manos nunca han estado quietas. Es la pasión y la imaginación las que no han estado quietas.
Va a cumplir 90 años este martes 19 de abril, y el mundo entero celebra al pintor y escultor colombiano, cuyas obras enriquecen el paisaje urbano y su obra enorgullece a Colombia en los museos de América Latina, Estados Unidos y Europa. Lea aquí: Fotos: presentan obras del artista Fernando Botero en Miami.
Cuatro años después de recibir aquella caja de óleos, pintó escenas de toreo de la que había sido testigo en 1944 en la escuela de tauromaquia en la Plaza de la Macarena de Medellín. Las pinturas volaron de sus manos al público que tuvo el privilegio de verlas y luego adquirirlas en aquel 1948.
Su nombre de pila es Luis Fernando Botero Angulo, el segundo de tres hermanos, hijo de David Botero Mejía y Flora Angulo de Botero, bautizado en 1936 en la iglesia Nuestra Señora de El Sufragio de barrio Boston de Medellín. Fue un niño precoz. Desde sus dieciséis años se convirtió en ilustrador del diario El Colombiano. Hizo su primaria en el Ateneo Antioqueño. Fue expulsado del Colegio Bolivariano porque escribió un artículo sobre Picasso, cuyas ilustraciones fueron censuradas como blasfémicas. En 1951 en la galería Matiz que acababa de abrir el fotógrafo y caricaturista Leo Matiz, el joven Fernando Botero realizó su primera exposición que despertó la crítica furibunda de algunos comentaristas. El joven pintor se sintió tan defraudado por el ataque brutal de la crítica que decidió refugiarse un tiempo frente al mar de Tolú. Botero siempre agradeció la generosidad y complicidad de su amigo Matiz, quien le organizó la primera exposición. En Tolú viendo el mamaqueo de las palmeras y el vaivén de las olas, decidió irse de Colombia y emprender viaje a Europa. en donde vivió desde 1952 a 1955. Este viaje le permitió confrontar el arte europeo con el arte latinoamericano, asimilar lo mejor de la tradición para modernizarla.
Reciba noticias de El Universal desde Google News Una larga travesía
Al llegar a México en 1956, mantiene contacto con los grandes artistas mexicanos que estaban bajo el esplendor del muralismo. En 1958 ganó el primer premio en el XI Salón Nacional de Artistas. Expone su serie Los Obispos en la Galería Gres de Washington. Vivió entre México y Estados Unidos, desde 1961 a 1973. Su obra Mona Liza es adquirida por el Museo de Arte de Nueva York, en 1963. Esa adquisición abnre la puerta para futuras exposiciones en Estados Unidos, Roma, Nueva York, Brasil. En 1964 expuso en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Se va a vivir a Italia en 1973. Expone en las mejores galerías de Londres, e integra la lista de la Galería Marlborough de Nueva York. En 1975 crea su taller en Pietrasanta.
Una obra gigantesca
La gestación y evolución de su obra personal, dotada de volumen y desmesura, es reconocida en todo el mundo. Uno puede estar cerca a una pintura o una escultura de Botero, y sabe que es de Botero por su vocación de desmesura, Todas sus criaturas son gordas, pero también sus paisajes. Pero es una desmesura que mantiene su rigor y su armonía. A través de sus pinturas y sus esculturas hay una huella emblemática de Colombia: caballos, jinetes, palomas, gatos, niños, mujeres, un universo con nombre propio: Botero. Allí se asoman su mundo singular, pero también las tragedias de Colombia y el mundo. Desde este martes, el Museo de Antioquia abrirá sus puertas para celebrar la vida y obra de este gigante. ¡Gracias, maestro!
El maestro
Fernando Botero trabaja el mármol de carrara y esculpe en bronce. Además de escultor, es pintor. Trabaja el óleo, pastel, acuarela, dibujo en carboncillo, lápiz, sanguina sobre lienzo y papel. Sus temáticas son diversas e impactan a todas las audiencias, niños, jóvenes y adultos. Además de cuadros de costumbres y de retratos del poder, ha realizado series de carácter político como su serie sobre “Abu Ghraib”, integrada por 78 cuadros sobre los horrores de la guerra. Alude la invasión de los Estados Unidos a Irak y los sucesos de la Prisión de Abu Ghraib.
Su nombre de pila es Luis Fernando Botero Angulo, el segundo de tres hermanos, hijo de David Botero Mejía y Flora Angulo de Botero, bautizado en 1936 en la Iglesia Nuestra Señora de El Sufragio, en el barrio Boston, de Medellín.
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