Cuando me la presentaron, eran las 6 de la tarde y, a lo lejos, se escuchaba Oh, gloria inmarcesible, oh, júbilo inmortal... Justo cuando se acabó el himno, ella me miró y me preguntó: “¿Y tú quién eres, mija?”. Era septiembre del 2018 y perdí la cuenta de las veces que doña Olga me repitió en escasas dos horas y siempre con su juguetona e intacta sonrisa: “Soy maestra, ya me jubilé, ¡me pagan sin trabajar!”. Entonces, doña Olga tenía 90 años y los últimos quince había lidiado con la enfermedad que Alois Alzheimer descubrió en 1901, pero de la que aún desconocemos las causas. Lea aquí la historia completa de doña Olga: Alzhéimer: el olvido que ya somos
¿Qué es el alzhéimer?
Rubén Sabogal Barrios, neurocirujano del Nuevo Hospital de Bocagrande, entidad que forma parte de la red de servicios de Coosalud EPS, define la enfermedad de doña Olga, pero admite que aún faltan certezas respecto a sus causas:
“La enfermedad de Alzheimer está dentro de la categoría de los trastornos demenciales. Se caracteriza por una pérdida progresiva de la inteligencia, de las habilidades de la vida diaria, y la persona va perdiendo el contacto con el medio poco a poco”.
Desde la Clínica Mayo, de los EE. UU., institución internacional referente en el tema, explican que “los científicos creen que, en la mayoría de los casos, la enfermedad de Alzheimer es consecuencia de una combinación de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida que afectan el cerebro”.
Dice la Organización Panamericana de la Salud (OPS): “La demencia afecta a más de 50 millones de personas en el mundo” y más de 10 millones de ellas están en América.
Según el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, “aunque la edad es el principal factor de riesgo de demencia, la enfermedad no es una consecuencia inevitable del envejecimiento” y no afecta solo a personas mayores. “La demencia de inicio temprano (con síntomas antes de los 65 años) representa un 9% de los casos”. Lea aquí: Beneficios del contacto entre nietos y abuelos con alzhéimer
¿Cómo empieza a manifestarse?
Según el doctor Rubén Sabogal, el alzhéimer se manifiesta en tres etapas.


Rubén Sabogal.
“La persona comienza a repetir, por ejemplo, ¿hoy qué día es?”, explica el neurocirujano y añade que en el estadio inicial, la enfermedad suele “mimetizarse” porque se ve como algo irrelevante sobre lo que, incluso, se bromea.
En la segunda etapa, que es la moderada, “el paciente comienza a desorientarse, ya sus respuestas son un poco más erráticas. Comienza a repetir, a reiterar, la toma de las decisiones ya puede ser un poquito equivocada; el manejo del dinero se le hace difícil y comienza a quejarse de que le están robando el dinero, que no le dan la comida, etc.”.
En la etapa avanzada, “la persona se desconecta del medio, ya no tiene autonomía, es dependiente para muchas actividades diarias y lentamente va quedando recluido en una silla o en una cama”.
Tras el diagnóstico, el paciente es el eje
Sabogal acepta lo difícil que es recibir un diagnóstico de alzhéimer, sobre todo porque “se ha creado un estereotipo bastante negativo y mucho terror alrededor de la enfermedad”, sin embargo, entrega recomendaciones para que tanto el paciente como su familia sigan adelante:
1. Hay que confirmar el diagnóstico; 2. Es clave asegurar “un plan de rehabilitación cognitiva, sobre todo en los estadios 1 y 2 leve, y medicación”; 3. Lo más importante es escoger a una persona idónea como cuidador y que la familia se convierta en un apoyo para el paciente. “Muchas veces, los familiares chocan con el paciente y esto desorienta al enfermo, lo pone muy mal. Uno, que se supone que está sano, debe tener mucho respeto, cariño y amor por esos pacientes”, agrega.
Tras el diagnóstico, el paciente debe convertirse en el centro de la atención, así como su familia, por ello “es supremamente importante la presencia de una persona lo que conozca y aprecie” para que se convierta en su cuidadora. Le puede interesar: 5 ejercicios para fortalecer la memoria
El cuidador debe, ojalá, conocer del tema y prepararse para ayudar a cubrir las necesidades más importantes para el paciente: en lo físico, en la alimentación, en el suministro de sus medicamentos y un aspecto vital: el apoyo emocional.
El doctor Sabogal insiste en no perder de vista una clave que está dentro de la casa: el amor incondicional. Pienso en Olga y en la paciencia infinita con la que su nieto Jesús le escuchaba mil veces que era una maestra jubilada, ¡que le pagaban sin trabajar! Me sobrevive el grato recuerdo de la red de apoyo en la que se convirtió su familia, por encima de su incesante olvido.
Aunque no existe forma de prevenir el alzhéimer, diversas investigaciones han demostrado que los siguientes hábitos pueden ayudar a reducir el riesgo de demencia y, por consiguiente, de padecer alzhéimer:
• Hacer ejercicio en forma regular.
• Llevar una alimentación de productos frescos, aceites saludables y alimentos bajos en grasas saturadas.
• Seguir las pautas de tratamiento para controlar la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto.
• Si fumas, pedirle a tu médico que te ayude a dejar de hacerlo. Reduce el consumo de alcohol.
También hay que considerar que existe una asociación entre la participación permanente en actividades de estímulo mental y social y un menor riesgo de padecer la enfermedad de alzhéimer. Los niveles educativos bajos, inferiores a la formación secundaria parecen ser un factor de riesgo de la enfermedad.
Comentarios ()