Mañana se cumplirá un mes desde que líderes comunales de Cartagena realizaron un plantón simbólico en la plaza de La Paz, rechazando la ola de inseguridad que aquejaba a la ciudad y que había dejado más de 60 muertos en sicariatos hasta ese momento. Ese 12 de abril los manifestantes encendieron velas blancas y solicitaron a las autoridades mayor compromiso y nuevas estrategias para frenar los hechos delictivos. También pidieron protección para ellos y sus familias, ya que más de 40 líderes habían recibido amenazas de muerte.
(Lea: Inseguridad en Cartagena: en promedio, cada día matan a una persona).
Sin embargo, pese al llamado de los representantes de las comunidades y de la ciudadanía en general, la situación no ha mejorado. Por el contrario, cada día hay más sicariatos y siguen ocurriendo otros delitos, como el hurto. El crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en una playa de la Isla de Barú fue la gota que rebosó la copa. Por ello, nuevamente la dirigencia comunal de Cartagena elevó su voz de rechazo y exigió a las autoridades garantías de seguridad para propios y visitantes.
“Todos los dirigentes, activistas y miembros de Juntas de Acción Comunal vivimos muy preocupados, con zozobra porque el tema de la inseguridad es crítico. Van 110 homicidios en el año y esto repercute mucho en la imagen de la ciudad a nivel nacional e internacional. Los turistas se van a alejar y eso sería catastrófico en una ciudad donde el 60% de los habitantes vive del turismo. Y si eso pasa en los sectores privilegiados, qué se deja para la gente del común, los que diariamente convivimos y presenciamos cualquier cantidad de delitos. Hay que hacerle una fuerte crítica a la Policía Nacional y a la Secretaría del Interior. Esto colapsó y se necesita un plan de seguridad que de verdad funcione”, señaló el reconocido activista cívico Eduardo Ferrer.
A la fecha, según el Distrito, hay 47 líderes comunales amenazados en Cartagena. (Lea: 47 líderes comunales están amenazados en Cartagena).
La guerra entre bandas
¿A qué se debe la racha de crímenes? La Mecar ha manifestado que la mayoría de sicariatos cometidos en el 2022 están relacionados con la disputa por las rentas criminales del microtráfico, principalmente entre el Clan del Golfo y los Robledos, una banda que llegó de Medellín a finales del año pasado. Las cifras muestran que a corte del martes 10 de mayo van 75 sicariatos y un total de 115 homicidios en la ciudad, cifras escandalosas si se comparan con las del también sangriento 2021, que apenas llegó a esa cantidad a finales de julio.
(Lea: Datos claves del asesino del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en Isla Barú).
Olaya Herrera y El Pozón, con 17 y 12 casos, respectivamente, son los barrios donde más se han cometido asesinatos este año. El investigador y docente universitario Fredy Goyeneche, quien desde 2004 dirige el Centro de Observación y Seguimiento del Delito (Cosed), recientemente calificó la situación como un hecho histórico sin precedentes. También aseguró que el aumento de consumo de drogas el año pasado ameritaba una atención inmediata por parte del Distrito, ya que aparecieron los enfrentamientos entre bandas criminales disputando el control del territorio.
- Olaya Herrera 17
- El Pozón 12
- El Líbano 6
- San Fernando 6
- La Esperanza 5
- San José de Los Campanos 4
- Torices 4
- La María 4
- D. Lemaitre 3
- Boston 3
- San Francisco 3
El experto cuestionó a la administración distrital en el manejo del tema, afirmando que “no ha sabido hacer una lectura del contexto social, centrando su máxima gestión en la corrupción”.
(Lea: Van 55 sicariatos en 2022 en Cartagena, un “hecho histórico sin antecedentes”).
Goyeneche sostuvo: “Lo que se nos vino encima (aumento de sicariatos) fue precisamente lo que se tenía que haber vaticinado. Había que tener políticas para prevenir, no para curar. No hay un manejo, no hay una pericia, no hay una experticia en términos de interpretación de la ciudad. Hay que plantearse seriamente el diseño de un plan de seguridad ciudadana que considere aspectos de carácter socioeconómicos y aspectos de corto, mediano y largo plazo”.
¿Qué se está haciendo?
En entrevista con El Universal, el comandante de la Policía Metropolitana, general Nicolás Zapata, aseguró que uno de los objetivos para acabar con este flagelo es definir lo estructural, que está enfocado en el crimen organizado, para así poder atacarlo. Lo segundo tiene que ver con la “violencia impulsiva”, que se produce por la ingesta de licor, lo que es frecuente en diferentes sectores de la ciudad.
“Reforzaremos el observatorio de la convivencia para que determinemos a qué nos están conllevando esos niveles de violencia. (...) Lo estructural tiene una coordinación muy estrecha con la Fiscalía, con unas investigaciones que van avanzadas y esperamos dar buenos resultados muy pronto” aseguró Zapata, destacando que este año, a corte del 20 abril, se registraban 58 capturas de presuntos responsables de homicidios.
Por su parte, la secretaria del Interior, Paola Pianeta, resaltó que se han venido realizando consejos comunitarios y caravanas de seguridad en los barrios con mayor criminalidad. Cabe recordar que el 31 de marzo lanzaron la estrategia Lázaro, que cubre a 79 barrios en siete zonas con el propósito de contener o disminuir los asesinatos y otros delitos.
Pero, ¿sí están funcionando las estrategias? El crimen contra el fiscal de Paraguay en Barú y los 7 sicariatos en mayo desnudan las falencias en las medidas implementadas. Aldo Lora, delegado de la Asojac de la Localidad 2, fue crítico con las autoridades.
(Lea: 90 homicidios en el primer trimestre del año en Cartagena: 54 sicariatos)
“Hay corresponsabilidad de la Policía, de la Alcaldía y de los concejales. Nosotros los comunales lo hemos venido denunciando y no nos prestan atención. Hay decenas de líderes amenazados, en el Concejo reposan las solicitudes para una audiencia pública en la que se traten políticas de seguridad y se asigne un presupuesto de carácter urgente y tampoco se ha tenido en cuenta. Estamos en una situación bastante grave, hago un llamado a la sensatez, la ciudadanía merece que sus concejales y funcionarios trabajen de la mano en estos momentos de zozobra. Cartagena merece estar segura”, puntualizó Lora.
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