Su abuela materna, Concepción Jiménez de Araujo, fue mecenas del gran artista Epifanio Garay mientras estuvo en esta ciudad, realizaba tertulias sobre arte en su residencia de las cuales se fue nutriendo el joven Enrique Grau.
Tuvo cinco hermanas y un hermano, con los cuales disfruto momentos de infancia hasta que a la edad de seis años su familia se trasladado a Bogotá, asunto que le brindó la oportunidad de recorrer el rio Magdalena y transitar en el ferrocarril de la ruta Cartagena – Calamar.
Fue un autodidacta, no necesitó maestros o docentes, sus aptitudes como artista fueron innatas, además, tuvo un gran estímulo cultural ofrecida por su vecina, Carmelita O´Byrne de Gómez Pombo. Pintaba todo lo que estaba a su alrededor, amigas, sobrinos, hermanos y al servicio domestico, entre muchos otros motivos.
Iniciando la década de los cuarenta viajó a Nueva York becado por el gobierno Colombiano luego de ganar la medalla de honor en el Primer Salón de Artistas Colombianos con su pintura “Mulata Cartagenera” que era el retrato de la niñera de su hermano menor.
En Bogotá da inicio a exposiciones personales y en Salones de Artistas Colombianos.
Siendo secretario de Educación del departamento de Bolívar el Dr. Lácides Moreno Blanco, le consigue una beca para estudiar en Florencia, Italia en la Academia de San Marcos donde tiene la oportunidad de conocer y experimentar el Arte Clásico de los Medici.
En los años setentas, en una de sus visitas a Cartagena, con el apoyo de la Academia de Historia de Cartagena, Enrique Grau crea el Museo de Arte Moderno, gracias a unas pinturas donadas por la OEA, museo que hoy se debate entre la vida y la muerte por carecer de ayuda oficial.
En la década de los ochenta, incursiona en la escultura iniciando una serie de figuras en bronce que sorprenden por su meticuloso trabajo y detalle. Lo interesante de estas 12 figuras tridimensionales es que son tomadas de sus propias pinturas, de un perfeccionismo tal, que invita a los observadores a palpar la textura de los diferentes materiales que la representan.
Grau antes de morir dejó un inmenso legado por testamento a Cartagena de Indias representado por sus pinturas, sus esculturas y sus colecciones privadas manejadas a través la Fundación Enrique Grau Araujo, además, otras de sus obras se pueden observar en el Teatro Adolfo Mejía (Teatro de Heredia) como el Telón de Boca y Las Musas del Plafónd, así mismo, en el Museo de Arte Moderno, en la Plaza de San Pedro y en el Parque de Bocagrande. A pesar de que han transcurrido más de quince años, estas obras aparentemente van a ser expuestas en otra ciudad ya que en esta no se ha conseguido un espacio para exponerla en su totalidad. Es insólito pero así es, amanecerá y veremos.
Fundación Fototeca Histórica Cartagena de Indias
Comentarios ()